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General: Lecturas: Miercoles 1ro. de Febrero, 2012…
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: Asesino de Corazones  (Mensaje original) Enviado: 01/02/2012 20:11
 
Lecturas: Miercoles 1ro. de Febrero,  2012…

Santa Brigida, virgen irlandesa

Primera Lectura

Lectura del segundo librode Samuel (24, 2. 9-17)

En aquellos días, el rey David dio a Joab y a los jefes del ejército que estaban con él, esta orden:

"Recorran todas las tribus de Israel, desde la ciudad de Dan hasta la de Bersebá, para hacer el censo de la población, a fin de que pueda yo saber cuánta gente tengo".

Joab entregó al rey los resultados del censo: en Israel había ochocientos mil hombres aptos para la guerra, y en Judá quinientos mil. Pero a David le remordió la conciencia por haber mandado hacer el censo y dijo al Señor:

"He pecado gravemente; pero tú, Señor, perdona la culpa de tu siervo, porque he cometido una gran locura".

Aquella misma noche el Señor le habló al profeta Gad, consejero de David, y le dijo:

"Ve a ver a David y dile que yo, el Señor, le mando decir esto:

'Te propongo tres castigos.  Escoge uno y yo lo realizaré'".

Por la mañana, Gad se presentó ante David y le preguntó:

"¿Qué castigo prefieres; tres años de hambre en tu territorio; tres meses de huir, perseguido por tus enemigos; o tres días de peste en tus dominios? Piénsalo y dímelo, para que pueda yo contestarle al Señor, que me ha enviado".

David le respondió:

"Estoy en un gran apuro. Pero prefiero caer en manos de Dios, que es el Señor de la misericordia, que en manos de los hombres". Y escogió la peste.

Era la época de la cosecha del trigo, cuando el Señor envió la peste sobre Israel, desde aquella misma mañana hasta el tiempo señalado. Desde Dan hasta Bersebá murieron setenta mil hombres. Pero, cuando el ángel del Señor había extendido ya su mano hacia Jerusalén, para desatar ahí la peste, el Señor tuvo compasión y le dijo:

"¡Basta ya! Retira tu mano".

En ese momento, el ángel se hallaba cerca de Jerusalén, en los campos de Arauná,el yebuseo.

Entonces el rey David, angustiado por el exterminio, oró así: "Soy yo, Señor, el que ha pecado; soy yo, el pastor, quien ha obrado mal. ¿Qué culpa tienen ellos, que son las ovejas? Castígame, pues, a mí y a los míos".

Palabra de Dios.

Te alabamos, Señor.

Salmo Responsorial

Salmo 31

Perdona, Señor, nuestros pecados.

Dichoso aquel que ha sido absuelto de su culpa y su pecado. Dichoso aquel en el que Dios no encuentra ni delito ni engaño.

Perdona, Señor, nuestros pecados.

Ante el Señor reconocí mi culpa, no oculté mi pecado. Te confesé, Señor, mi gran delito y tú me has perdonado.

Perdona, Señor, nuestros pecados.

Por eso, en el momento de la angustia, que todo fiel te invoque, y no lo alcanzarán las grandes aguas, aunque éstas se desborden.

Perdona, Señor, nuestros pecados.

Evangelio

Lectura del santo Evangeliosegún san Marcos (6, 1-6)

Gloria a ti, Señor.

En aquel tiempo, Jesús fue a su tierra en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba se preguntaba con asombro: "¿Dónde aprendió este hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder para hacer milagros? ¿Qué no es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven aquí, entre nosotros, sus hermanas?" Y estaban desconcertados.

Pero Jesús les dijo:

"Todos honran a un profeta, menos los de su tierra, sus parientes y los de su casa". Y no pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó a algunos enfermos imponiéndoles las manos.

Y estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente. Luego se fue a enseñar en los pueblos vecinos.

Palabra del Señor.

Gloria a ti, Señor Jesús.

Sobre las Lecturas de Hoy...

La aceptación de la misión de Jesús por parte del pueblo sencillo corre pareja al rechazo de sus familiares y paisanos. Si sus parientes lo buscan es porque consideran que está fuera de sí (Mc 3, 21.31-34). A Jesús le desprecian por conocerle y por tener un oficio humilde como ellos. Es decir, por ser uno de ellos. En respuesta, Jesús no se enoja, sino que se sorprende de lo despistados que están sus paisanos: no tienen ojos para el acontecer de Dios en la vida diaria. La religión no es para ellos un camino cotidiano, sino una actividad que se realiza en la sinagoga y en el Templo. ¿Cuántas veces nosotros actuamos de la misma forma? Permanecemos completamente despistados y no aterrizamos con nuestras opciones religiosas para dar significado a los acontecimientos maravillosos de la vida cotidiana. Esperamos grandes predicadores, pero difícilmente escuchamos a la vecina que nos narra la salvación de su economía doméstica, o la historia de la mamá que logra rescatar a un hijo alcohólico o drogadicto (Lc 15, 1-31). Jesús no narra nunca cataclismos inexplicables, sino la acción de un Dios que nos salva en la vida cotidiana.

En la primera lectura, ahora nos cuesta entender por qué se considera una falta grave el realizar el censo de una nación: nos parece una medida sencillamente acertada de política social, porque estamos acostumbrados a estadísticas y censos. Pero el libro lo interpreta como pecado y lo señala como culpable de una epidemia de peste que asoló al pueblo de Israel. El mismo David, nada más terminar el censo, tiene que reconocer: «He cometido un grave error». Seguramente porque la medida se podía interpretar como un signo de orgullo, de independencia con respecto a Dios, que es el verdadero Rey, o como excesiva confianza en los medios humanos, existía el peligro de absolutización y tiranía por parte del rey, interpretación que también cabe en esta condena del censo de David: jactándose del número de sus guerreros y sus medios humanos, puede caer en el despotismo y el orgullo. David se da cuenta y pide perdón a Dios, como expresa muy bien el salmo. Además, asume toda la culpa y pide a Dios que le castigue a él, y no al pueblo.   En nuestra vida podemos caer en el pecado de la autosuficiencia, del orgullo, de la confianza excesiva en los medios humanos, económicos, estructurales, organizativos, ideológicos. No son las fuerzas humanas las que dan eficacia a nuestro trabajo. Sino Dios.



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: PAMELAWIN Enviado: 09/02/2012 16:13


 
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