Qué palabras! ¿No? Dios habla con Moisés y le desnuda su corazón. Estaba dolido por la actitud del pueblo, lo sacó de Egipto con grandes milagros, le proporcionó lo que necesitaba, lo alimentó y lo guardó... y el pueblo se puso a jugar. Se olvidaron del Dios que los sacó de su esclavitud y los hizo libres, y lo cambiaron por la imagen de Moisés. Dios le habla a Moisés y le dice: "Toma este pueblo que SACASTE de Egipto y llévalo a la tierra que les prometí a Abraham, Isaac y Jacob" (Exodo 33:1). En un instante pasa de un Dios presente a un Dios distante, de un Dios personal a un Dios generacional, ya no era El quien sacó a Israel de Egipto sino Moisés, y no era su Dios sino el Dios de sus padres.
A pesar de eso Dios le dice que enviaría El Ángel para que quitara sus enemigos de delante de ellos y les dé la posesión de la tierra. El ángel simboliza la unción, los milagros, la fuerza, el poder, pero le dice a Moisés: "MI presencia no irá con ustedes para que no los consuma..." (Exodo 33:3)
Mi querido amigo, no sé cuántas veces te habrás encontrado en esas circunstancias, pero déjame decirte que yo me encontré algunas veces allí: la iglesia sigue, continúan las obras, los milagros, el poder, la capacidad de conquista, pero algo falta... no está completo. Como María en la puerta de la tumba: miró hacia adentro y vió dos Ángeles pero siguió llorando. No la conformaron los milagros, el poder, la fuerza, la unción, ella buscaba al maestro aunque fuera muerto, ella quería LA PRESENCIA. Es que Dios ha determinado un ADN para cada iglesia como cuerpo vivo, ese ADN espiritual es nuestra marca, lo que nos caracteriza, por lo que crecemos, lo que nos diferencia y nos hace pueblo parte de un pueblo, y cuando nos sentimos seguros y nos relajamos... nos sentamos a jugar, olvidamos el motivo de nuestra elección. El buscó un pueblo PARA LA ALABANZA DE SU GLORIA, y como hace más de dos mil años muchos se conforman con los sudarios de la religión, como Pedro y Juan: otros se gozan con la unción y el poder, los milagros y las conquistas... de una tumba vacía; pero algunos pocos como David exclaman: "Muéstrame tus caminos..." (Salmos 25:4), reconociendo que sin El no son nada, que a pesar de tenerlo todo, ese todo sin El no es nada, y le recuerdan: "Mira que este es TU pueblo, y de nuevo ENSEÑAME A ANDAR EN TUS CAMINOS....", sólo para oír: "MI PRESENCIA IRA CONTIGO Y TE DARÁ DESCANSO" (Exodo 33:14)
Sólo nota que Dios quitó la tienda de en medio del pueblo y la llevó lejos del campamento, e hizo su pacto con un hombre. Dios es Dios de Pactos... de Pactos con hombres...
Amigo,... amiga... ¿Ya te conformaste con la tumba vacía?... O todavía lloras por su presencia...?
Búscalo, El te desea como a María...
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