"Y esto os servirá de señal: hallaréis a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre." Lucas 2:12 (RV 60)
Los pañales descartables es el mejor invento de los últimos años para los padres modernos. Le llevo 5 años a mi hermano menor (el pequeño Teco),a quien mi madre le lavaba los chiripas que manchaba diariamente dos o tres veces por día. Eran grandes pañales de trapos que como eran de tela, se manchaban mucho y eran difíciles de lavar. Solo quien es padre conoce las intimidades y los olores de un pañal sucio.
Cambiar a Connie ahora, es casi un placer. Cambio de pañal descartable, una toallita húmeda para limpiar la colita y un poquito de talco. No hay mayores complicaciones. Intentamos cambiarla siempre en un lugar agradable y limpio y amplio. Queremos lo mejor para nuestra hija y así que le ponemos siempre ropa limpia (aunque ella se esfuerza siempre en mancharla), y aunque no es de la realeza, la tratamos como a una princesita.
Lucas plantea un problema incomprensible. Ningún padre en su sano juicio, llevaría a su bebé recién nacido para que duerma en un lugar sucio, oscuro o desagradable. Ninguno lo dejaría pasar una noche en un establo lleno de estiércol de animales y moscas zumbando. Sin embargo, Dios lo hizo. Dios, el Padre Eterno, permitió que su Hijo Jesucristo nazca en un establo en Belén. El Dueño de todo el universo, no tenía un lugar donde descansar, así que María y José, le armaron una cunita con paja que le servía de alimento y cobija a los animales, y lo envolvieron en trapos para que no tenga frío.
Tomó pecho, y se hizo. Así que María tuvo que cambiarlo. No había agua corriente, ni luz en el establo. Apenas una palangana con agua fría. No había algodón, ni toallitas húmedas para limpiarle la cola. Otro pañal de trapo y a la cama nuevamente. El Heredero del universo, en el peor lugar imaginable.
¿Qué estaría pensando en ese momento Jesucristo? ¿Tendría memoria de su Gloria del Cielo, de todo el esplendor que tuvo que dejar para venir a nacer en este mundo? ¿Se acordaría de las legiones de ángeles que le servían en completa santidad y pureza?
De algo estoy seguro. Él estaba donde quería estar. Eligió nacer en ese sucio establo solo porque quería salvarme. Y se aguantó los pañales sucios y el frío de Belén porque quería buscarme.
REFLEXIÓN - ¡Glorioso y Amante Salvador!.
ORACIÓN: Señor ayudame a seguir siempre tus señales,
en el nombre de Jesús, amén.
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