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General: CONTROLANDO EL TEMPERAMENTO
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Controlando el temperamento
“Si se enojan, no pequen. No dejen que el sol se ponga estando aún enojados, ni den cabida al diablo.”1
Sus exámenes parecen indicar que usted tiene cierta cólera guardada,” le dijo el consejero a su cliente. “¿Cree que esto sea verdad?” le preguntó.
“¡Yo! ¿Enojado? Ciertamente no,” contestó el cliente. “¡Le golpearé en la nariz sólo por decir eso!”
Cuando se trata de cólera (ira, enojo, furia) todos tenemos un cierto botón dentro de nosotros. En ocasiones nos provee gran valor y motivación. Otras veces estamos tan temerosos de que se salga de control que lo mantenemos enterramos de modo que nadie, incluyendo nosotros mismos, se entere de que existe. A muchos de nosotros nos enseñaron que la cólera es mala y que el dejarla salir es señal de inmadurez. La persona madura, sin embargo, no niega su cólera. Él ha aprendido a expresarla en maneras apropiadas.
Aún cuando alguna gente nunca demuestra su cólera, todos nos enojamos algunas veces. La cólera es una emoción dada por Dios y por sí misma no es ni buena ni mala, ni es lo correcto o incorrecto. Lo que cuenta es cómo la manejamos y lo que hacemos con ella.
De hecho, hay muchas cosas por las que deberíamos de estar enojados, por ejemplo injusticia social, abuso a los niños, avaricia e incluso la religión legalista que hace que las reglas sean más importantes que las personas.
Jesús estaba muy enojado con los religiosos de su época por esta misma razón. Cuando él curó a un hombre en el Día de reposo, los fariseos estaban tan furiosos que planearon matarle. Para ellos, las observancias religiosas eran más importantes que las necesidades de la gente. Leímos que Jesús “mirándolos alrededor con enojo… se entristeció por la dureza de sus corazones.”2
Piensen también en Florencia Nightingale. Ella estaba muy molesta por las terribles condiciones que sufrían los soldados heridos en la guerra de Crimea. Ella utilizó su enojo de manera creativa para llevar a cabo cambios importantes al de oficio de enfermera.
Continuará.
Se sugiere al siguiente oración: “Dios mío, por favor ayúdame a vivir de manera en que siempre reconozca y resuelva mis emociones tan pronto como sea posible, y a que lo haga de una forma creativa que sirva de ayuda a los demás—y a nunca alimentar la ira o amargarme. Gracias por escuchar y responder a mis oraciones. En el nombre de Jesús, amen.”
1. Efesios 4:26-27 (TLB) (NLT). 2. Marcos 3:5 (NVI).
| Fondo: Marta Vargas | | | |
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Muy interesnate esta reflexión hermano Batista es muy dificil controlar
nuestras emociones sobre todo la colera, pero tenemos que tomar en cuenta
que no estamos solos que hay un padre justo
que esta para ayudarnos y debemos correro a refujiarnos a Él, y nos guia para
que nuestra colera se desuelva y sepamos perdonar y hacer el bien, a los
que nos ofenden, y en caso de injusticia orar para que Dios nos ayude.
Gracias por su presencia un placer siempre leerle
que tenga un exelente dia lleno de la presencia de Dios
su hermana en Cristo
Marta |
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