La depresión
Mito N° 1
SI YO FUERA UN MEJOR CRISTIANO
NO ME DEPRIMIRÍA
Job es el perfecto ejemplo de un hombre
que había hecho todo correctamente.
De hecho, Dios estaba tan satisfecho
de la espiritualidad de Job,
que permitió que Satanás llevara
a su vida una tremenda adversidad.
Job entonces se deprimió.
Muchos cristianos creen que si ellos
son lo suficientemente fuertes en la fe,
podrán prevenir la depresión.
O si entran en depresión,
piensan que podrán vencerla
siendo más espirituales.
Si aún permanecen en depresión concluyen
que son espiritualmente inadecuados.
Irónicamente, esta autocondenación
fomenta sus ya existentes sentimientos
de culpa y de fracaso, los cuales
a su tiempo perpetúan la depresión.
La depresión a menudo involucra
cambios bioquímicos en el cerebro,
tantos como el temprano
aprendizaje en la niñez que por
su naturaleza es a nivel inconsciente.
No quiero decir que los individuos
no tienen responsabilidad
en manejar la depresión.
Son responsables de hacer todo
lo que pueden para mantener
sus cuerpos y mentes saludables
a través de dieta, ejercicio,
descanso adecuado,
y tiempo con la Palabra de Dios.
Sin embargo, a veces todos estos
esfuerzos no cambian la realidad
de la depresión. La autocondenación
no es la respuesta.
Es importante conseguir ayuda.
Recopilado
por:
Marta Vargas
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