La depresión
Mito N° 3
PUEDO CURARME DE LA DEPRESIÓN
ORANDO Y LEYENDO MÁS LA BIBLIA
He trabajado con muchas personas que abrazaron
este mito e intentaron corregir su depresión
a través de un cambio de comportamiento.
Pasaron horas orando y se involucraron
en dos o tres estudios bíblicos además
de participar regularmente en los cultos en la iglesia,
y sin ningún efecto apreciable sobre su depresión.
En muchos casos, esto ha incrementado
sus sentimientos de culpa y fracaso.
Por cierto es vitalmente importante permanecer
cerca del Señor. El Señor es el sanador primario,
y toda sanidad de desórdenes emocionales
y físicos finalmente viene a través del poder
del Espíritu Santo.
A veces la oración es una experiencia emocional
en la cual realmente sentimos la presencia
del Espíritu Santo. Podemos sentirnos rejuvenecidos
y nos es recordado el amor de Dios.
Sin embargo, Dios usa muchas formas de sanar.
Trabaja a través de doctores, psiquiatras,
consejeros, pastores, familiares y otros creyentes.
Una persona que está experimentando depresión
no debe permitir que su vida de oración decaiga,
hay que perseverar sin desfallecer, aunque
tarde su bendición , Dios es fiel a sus promesas, o
Puede ser que Dios lo esté dirigiendo por otros
caminos para obtener la sanidad.
Hay un aspecto de la depresión que llamamos
embotamiento emocional. Es una limitación
en nuestra habilidad de responder emocionalmente
a cosas que previamente ocasionaron intensos sentimientos.
Podemos no experimentar los sentimientos
de confirmación que acompañan al conocimiento
de que Dios está y siempre estará presente.
Es entonces que debemos descansar
en la verdad de que Dios es quien dice
ser y que él cumple Sus promesas,
sintamos o no su presencia.
Para esas personas depresivas que han experimentado
la aparente oración sin respuesta,
les ofrezco el siguiente incentivo:
Dios nos encuentra donde estemos.
Dios sabe de nuestra depresión y de las limitaciones
de nuestros sentimientos durante la depresión.
Debemos recordar que la fe no siempre es un sentimiento.
Es una realidad, y una verdad, y no desaparece
aún cuando nuestros sentimientos lo hagan.
Recopilado
por:
Marta Vargas
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