Misterio Divino
Jehová reina: se vistió de magnificencia;
Jehová se vistió, se ciñó de poder.
Afirmó también el mundo y no se moverá.
Firme es su trono desde entonces;
Tú eres eternamente.(Salmo 93:1-2)
En un punto de un río en Canada, las aguas se precpitan por un abismo que hay entre dos formaciones rocosas. Los pináculo de esta formación se elevan hacia el cielo, y sus bases están profundamente enterradas en lo profundo de la tierra.Los antiguos pioneros se impresionaron de tal manera al conteplar estos impresionantes riscos, que los lamaron Trinidad y Eternidad.
En la revelación cristiana, estas dos grandes verdades también producen una sensación de admiración en el corazón del creyente. La Biblia nos habla de la eternidad de Dios. Su existencia infinita y sin sucesores (salmo 93:2), y su trinidad, la triple exprexión de Si mismo como de Dios el padre, Dios el Hijo, Dios el Espíritu Santo (Mateo28:19).
Ambas afirmaciones desconciertan nuestra mente. Si intentamos comprender algunas de ellas, nos viene a la mente la pregunta que le hizo el amigo de Job: ¿Descubrás tu los secretos de Dios? (Job11:7). La respuesta es obvia. Cuando tratamos de avistar al Dios trino, nos sentimos como la persona que fija la mirada en el sol del mediodía para estudiarlo.
En el corazón de la fe cristiana es misterio, porque en el corazón de nuestra fe. Hay un Dios Eterno y triuno. Tenemos un Padre que nos ama, Un Salvador que murió por nosotros, y un Espíritu que nos ayuda a ser santos. Este divino misterio nos da una razón para inclinarnos reverentemente y adorar a nuestro eterno Dios.
Pensamiento: Entender a Dios es imposible.Pero adorarle es imperioso.
|