"¡Yo escogeré la montaña!"
¡Tal como se afirma en ese libro titulado "Viaje del peregrino", a veces el servicio al Señor es "un camino áspero y accidentado, la carga se hace difícil y pesada, y las personas con las que uno se cruza no son siempre amables! Uno avanza cuesta arriba. ¡Pero cuesta abajo, en el valle, son aún peores! Abajo harán todo lo posible para disuadirte de escalar la montaña. Cuando uno está en el fondo no tiene nada que perder. Sólo se puede avanzar hacia arriba. El fondo es el lugar más seguro del mundo. Pero cuando te acercas a la cumbre, abundan las personas que tratan de arrastrarte hacia abajo e impedir que llegues a la cima. ¡Es gente que busca verte prisionero del valle, atrapado en el fango! ¡Si eliges la montaña dejarás atrás la muchedumbre! (Mat.5:1,2) A veces la tarea parece insuperable, gigantesca, ¡pero para los hombres de fe no hay cumbres invencibles! ¡Da inicio, pues, a tu tarea, y empieza a escalar! Quizás sea un ascenso difícil, pero el panorama que se ve desde la cúspide hará que todo esfuerzo realizado valga la pena. ¡Mira hacia adelante, levanta la mirada hacia las alturas que pronto alcanzarás, hacia esos paisajes que dentro de poco habrán de estremecerte si sigues luchando, escalando y venciendo dificultades sin darte por vencido! ¡La vida está en la montaña! ¡Deja el valle! ¡Vete a las elevaciones de los parajes celestiales del Espíritu!
Carmen
|