¿Para que una higuera sin frutos?
Jesús se esforzaba de muchas maneras por despertar en la gente la conversón a Dios. Era su verdadera pasión: Ha llegado el momento de buscar el reino de Dios y su justicia, la hora de construirse una vida más justa y humana, tal como la quiere él.
Según el evangelio de Lucas, Jesús pronunció una parábola sobre una higuera estéril. Quería desblo quear la actitud decepcionante de quienes le escuchaban, sin responder prácticamente a su llamada. El relato es breve y claro. Un propietario tiene plantada en medio de su viña una higuera. Durante mucho tiempo hqa venido a buscar fruto en ella. Sin embargo, año tras año, ha venido defraudando las esperanzas depositadas en ella. allí sigue, estéril, en medio de la viña. El dueño toma la decisión más sensata. La higuera no produce fruto y está absorbiendo inútlmente las fuerzas del terreno. Lo más razonable es cortarla. ¿para que va a ocupar un terreno en balde?. Contra toda sensatez, el viñador propone hacer todo lo posible por salvarla. Cavará la tierra alrederor de la higuera para que pueda contar con toda la humedad necesaria, y le echará estiércol para que se alimente. Sostenida por el amor, la confianza y la solicitud de su cuidador, la higuera queda invitada a dar fruto. ¿Sabrá responder? El relato de Jesús es una parábola habierta, para provocar nuestra reacción. ¿Para que una higuera sin higos? ¿Para que una vida estéril y sin creatividad? ¿para que un cristianismo sin seguimiento práctico a Cristo? ¿para que una iglesia sin dedicación al reino de Dios? La pregunta de Jesús es inquietante ¿Para que suir a Jesús sino cambia nuestros corazones? ¿Para qué un culto sin conversión y una práctica que nos tranquiliza y confirma nuestro bienestar? ¿Para qué preocuparnos tanto por tener un lugar importante en la iglesia, sino introducimos fuerza transformadora en nuestras vidas? ¿para qué hablar de las raices del cristianismo en Europa, sino es posible ver los frutos cristianos de los seguidores de Jesús?.