Libres por el amor
El mayor regalo que nuestro Padre celestial nos ofrece, es el que tenemos más dificultad para recibir: el regalo de Su amor. Hay dos razones fundamentales que explican la lucha que tienen las personas con la idea de aceptar esta maravillosa bendición. La primera es que, por algo que sucedió en su pasado, muchos piensan que el Señor jamás podrá amarles. Pero esto es absolutamente falso. Él nos creó y nos ama tal como somos. En segundo lugar, hay personas que dejan que alguna decepción enfríe su amor por Dios. Alguna enfermedad inesperada, un problema o la aflicción les tientan a creer que el amor del Padre celestial es condicional, y que les ha dado la espalda. Si bien es cierto que Dios no acepta el pecado, Él jamás dará la espalda a quienes le busquen Su perdón y misericordia. dicho en términos sencillos, Su amor nunca deja de ser. Hace algunos años llegue a un punto que me sentía angustiado por algo que estaba sucediendo en mi vida, y quería que Dios cambiara mis circunstancias. Clamé diciéndole: "Señor, ya no puedo seguir más con esto". La agonía era muy grande para manejarla yo solo y, al igual que muchas personas me sentía impaciente y confundido, y me preguntaba por qu^ había Él permitido que viniera tal aflicción a mi vida. De repente, sent↓ muy cerca de mí la presencia del Señor. Era como si me susurrara: "Mi amor es perfecto, y puedes confiar en mí". Estas palabras dispararon la carga, y el sentimiento de frustración y ansiedad que tenía. Ese día, di un gran paso en cuanto a mi comprensión del amor de Dios. Era como si Él me hubiera dicho: "Puedes confiar en mi amor por ti en todas las situaciones. No importa lo que tengas que enfrentar, quiero que sepas que estoy contigo, y que soy fiel". Usted puede confiar siempre en el amor del Padre celestial. Es importante comprender lo que significa ser abrazado y liberado por el maravilloso amor de Dios. No sé que puede usted estar enfrentando ahora en su vida, pero sí sé, por mi expderiencia personal, que si usted le entrega sus circunstancias al Señor, Él le dará las fuerzas, la esperanza y el amor que necesita para salir victorioso de ellas. Dr. Charles F. Stanley
Isaías 40:29-31
29 El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.
30 Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen;
31 pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
La fe se apoya en la Palabra de Dios cuando las circunstancias parecen cuestionar la verdad de Sus promesas. Nuestra habilidad para perseverar hasta el fin dependerá de nuestra disposición de permitirle al Espíritu cultivar en nosotros este tipo de fe. Cree que el Señor es tu Refugio, y vence los temores que te asaltan en tiempo de crisis. En Su amor y mi amor,
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