Garantía
"Hasta vuestra la vejez yo mismo, y hasta las canas os soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo soprtaré y guardaré". (Isaías 46:4).
La estabilidad es un concepto que está desactualizado. Cuando mis abuelos trabajaban, era habitual jubilarse donde se había comenzado a trabajar. Las empresas duraban mucho más tiempo, y los puestos de trabajo también. Hoy con la globalización las empresas cambian de dueños en cuestión de minutos. Las empresas quiebran, desaparecen o son compradas por otras y el personal es reemplazado como quién cambia una bombilla. Dificilmente, se puede garantizar la estabilidad en un mundo tan cambiante.
Sucede lo mismo con las amistades, con los gustos,con la diversión, con la lectura. Todo cambia rapidamente. Ni que hablar de la electronica, donde los avances son tan rápidos que nunca puedes estar en la vanguardia. Porque apenas compraste la última versión de algo, ya están promocionando una versión mejorada. Todo cambia.
Nos habituamos a estos cambios y nos parecen naturales. Por eso es que la promesa de Dios resuena tan atractiva en estos tiempos. A una sociedad sin esperanza ni futuro, a un pueblo derrotado y sin ánimo Dios le promete que siempre será el mismo. Y que aun cuando peinen canas, su mano jamás los dejaría abandonados. Más allá de los errores y pecados del pueblo, de los enojos divinos, de los fracasos humanos, Dios prometio que el paso del tiempo no iba olvidar su promesa. Él sigue siendo el mismo, no cambia, y su amor es permanente y perdurable.
Dios también te promete hoy a ti, que te va a llevar, te va a sostener y te va a guardar. Jamás te va a dejar caminar sólo, excepto que tú quieras dejarlo. Y aun en esos momentos, su compañia silenciosa será tu sombra permanente. Dios no se va, Dios no se aleja, Dios no cambia. Prometió sosternerte y va a hacerlo.
No importa cuan pesada sea tu carga, ni cuan solitario te sientas. No hay problema que Dios no pueda solucionar, nada es demasiado para Él. Y prometió sostenerte. La mano poderosa de Dios está detrás de ti. Esa es tu garantía de seguridad. No hace falta nada más. Puedes estar tranquilo porque Dios no cambia,
REFLEXIÓN. Dios es tu garantía de cumplimento.