U¡UN PASTOR CON MUCHO AMOR
"No temeré mal alguno porque Tú estarás conmigo; Tu vara y Tu cayado me infundirán aliento" (Salmo 23:4).
El escritor H. W. McLaughlin cuenta que visito Israel y conversó con un viejo pastor. Pensando en el Salmo 23, McLaughlin le preguntó al pastor como usaba su cayado para para consolar y guiar a las ovejas. El anciano dijo que durante el día, siempre llevaba su cayado atravesado sobre sus hombros de manera que las ovejas puedan verlo. De alguna manera eso las tranquiliza y les asegura la presencia y protección del pastor.
Luego explicó que si les sorprende la oscuridad antes de que haya podido levar al rebaño a un lugar de descanso seguro para pasar la noche, o si quedasen atrapados en medio de la niebla y las ovejas no pudiesen ver el cayado, camina despacio al mismo tiempo que golpea el suelo con el cayado. Aunque las ovejas no pueden ver el cayado, sí pueden oír los golpes, y por lo tanto siguen la dirección del sonido, conscietes que su pastor va delante de ellas.
La palabra inspirada por Dios es para nosotros lo que es el cayado para las ovejas; es decir, nos aegura la presencia, protección y provisión de Dios de día y de noche. A veces vemos su guía muy claramente en las Escrituras. Sin embargo, otras veces hemos de escuchar con especial atención al Espíritu de Dios cuando nos habla a través de las Escrituras.
El Espíritu Santo nos dará la seguridad de que nuestro Pastor, aunque no podam0os verlo, siempre está con nosotros.
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