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La Buena Salud: Atrapados En La Red
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De: Myriam Lhamya  (Mensaje original) Enviado: 25/01/2010 01:18
 
 

 

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Atrapados En La Red

"Recientes estudios revelan que la adicción a Internet, que ya atrapa al 2 % de los cibernautas estadounidenses, esconde patologías bastante más complejas como el desorden bipolar o los trastornos del apetito. Por Mónica Infante y Carmen Gloria Ramos

 Todo comienza con la compra del computador y una inocente suscripción a algún servicio on line. Al principio, basta un procesador 486 para visitar algunos sitios interesantes en la red o contactarse con amigos en el extranjero. Después, surge la inquietud por estar "más acorde" con la tecnología y se incorporan las tarjetas de imagen y sonido. Antes de darse cuenta, el novato explorador experimenta una extraña transformación que lo lleva a no reparar en gastos cuando de insumos informáticos se trata: el módem de 56. 6 bites por segundo, la tarjeta aceleradora de video en 3D, el monitor de 21 pulgadas y el escaner. Para entonces, claro, ya habrá pasado días enteros conectado a Internet y sus relaciones sociales a punto de perecer.

"Cuando recién descubrí Internet, me conectaba sólo un par de horas.

Antes del año, ya pasaba 15 horas diarias. No iba a clases ni daba las pruebas, ni siquiera me paraba para comer, aunque cuando me desconectaba comía hasta reventar", dice Andrés. En 1988, este joven ingresó a la carrera de ingeniería en la Universidad Católica con el máximo puntaje nacional en las pruebas específicas de Matemáticas y Física. Como ayudante del área de informática en su escuela, fue uno de los primeros en incursionar en Internet cuando recién fue habilitada en el plantel y también uno de los primeros en caer seducido ante las posibilidades de evasión y de fantasear con la propia imagen, que ofrecen los Chatgroups (grupos de conversación en la red). "Un día me conecté a la 17:00 hrs. y me levanté del computador a las 13:00 del día siguiente. Fueron casi 20 horas sin detenerme, sin comer ni dormir, sin conversar con nadie más que con mi interlocutor en la red", recuerda. Cuando tomó conciencia de lo ocurrido, comprendió que necesitaba ayuda sicológica.

Ahora se confiesa recuperado de su problema, pero en medio de todo este proceso debió suspender la carrera en dos oportunidades: la primera en 1991 por bajo rendimiento académico y la segunda en 1996, cuando se le diagnosticó una depresión severa que lo mantuvo con tratamiento farmacológico por dos años.

En Chile no existen estudios epidemiológicos al respecto, pero estadísticas estadounidenses hablan de que la adicción a Internet ya atrapa al 2 % de los 40 millones de personas que cuentan con conexión on line en ese país. Incluso, muchas empresas han debido instalar sistemas de monitoreo para controlar los accesos a la red, ante una evidente caída en la producción de sus empleados. A estas alturas, no sólo los Chat constituyen una atracción fatal. La red ofrece una infinidad de posibilidades para cautivar a los navegantes, que van desde la diversidad de información hasta los juegos interactivos, pasando -por cierto- por los sitios de cibersexo. Las consecuencias de tal dependencia son casi siempre las mismas: aislamiento social, pérdida de los trabajos, divorcios o deudas económicas con los proveedores del servicio.

Y aunque todas éstas no dejan de ser graves, lo peor surge a partir de recientes investigaciones: durante el último congreso de la Sociedad Estadounidense de Siquiatría, efectuado en Toronto (Canadá), se presentaron estudios que revelan que la adicción a Internet esconde patologías bastante más complejas como el desorden bipolar (antes conocido como maníaco-depresivo) y trastornos de la alimentación. El doctor Nathan Shapira y sus colegas de la Universidad de Cincinnati estudiaron en profundidad a 14 de los casos más importantes. Como el de un estudiante universitario de 21 años, quien desapareció de su hogar sin dejar rastro. La policía lo buscó en todas partes, menos en su facultad pues estaba cerrada por vacaciones. Una semana después, sin embargo, el personal de aseo lo encontró encerrado en el laboratorio de computación de su escuela, sentado bajo un mesón y conectado a Internet.

Nueve de los casos reportados por Shapira presentaban desorden bipolar al momento de ser entrevistados. La mitad sufría de problemas de ansiedad y fobia social; mientras que siete evidenciaban trastornos del apetito como bulimia o anorexia. Lo que aún no está claro para los investigadores es si estas patologías fueron una consecuencia de la adicción o estaban, potencialmente, presentes desde antes. Aunque al momento de elegir, Shapira opta por la segunda: "Nueve de las personas analizadas habían estado siempre en contacto con computadores en la casa, en el trabajo o en la universidad, y nunca habían manifestado adicción hacia éstos. El problema se presenta con la conexión a Internet. Ese fue el switch que, probablemente, desencadenó lo que hasta ese minuto se mantenía bajo control", explicó a Qué Pasa Resultados similares obtuvo la sicóloga Kimberly Young, de la Universidad de Pittsburgh. En el 50 % de los casi 500 casos que presentó en el congreso, se conjugaban la adicción a Internet y una patología siquiátrica, incluyendo el desorden bipolar y la depresión.

El 65 % de los ciberadictos resultaron ser mujeres de edad promedio, que confesaron haberse lanzado a la red más por la novedad que por la utilidad. Algunas reconocieron pasarse más de 40 horas conectadas cada semana. Claro que la especialista no se atreve a aventurar una opinión sobre qué es primero. "Todavía no está probado si Internet es la causa o sólo el efecto. Necesitamos más investigaciones para definir eso, como tampoco se sabe aún qué tipo de compensación es la que ofrece Internet", dijo a Qué Pasa Es precisamente este punto lo que lleva a muchos especialistas a no reconocer el uso obsesivo de la red como una verdadera adicción y, por lo tanto, una patología siquiátrica. La discrepancia se basa en la creencia de que el término adicción se remite sólo al consumo de sustancias capaces de originar respuestas químicas en el cerebro.

Para Young, no obstante, está probado que los niveles de dopamina (neurotransmisor relacionado con las sensaciones de placer y los estados de alerta) no sólo aumentan con las drogas. Está demostrado, dice, que muchos otros comportamientos como comer chocolate o apostar elevan los niveles de este neurotransmisor en el cerebro.

Entonces, por qué no Internet. En ese caso, la adicción a la red no sería clínicamente diferente a cualquier otra como el alcoholismo y, como tal, tendría patologías asociadas. Desde ya, los síntomas se parecen mucho a los que sufre un jugador empedernido: ansiedad, insomnio, irritabilidad, inestabilidad emocional, un impulso irresistible por no detenerse. Incluso, la mayoría de los adictos a la red, tal como los alcohólicos o los cocainómanos, llegan a mentir a las personas cercanas sobre su grado de involucramiento (ver recuadro).

La pregunta es, entonces, por qué Internet y no otra adicción. La doctora Young explica que, efectivamente, son las personalidades adictivas (o dependientes de la recompensa) -esas que tienden a abusar de las prescripciones médicas o fuman tres paquetes de cigarrillos diarios- las más propensas a sucumbir ante la red. En esta clasificación, por cierto, caben aquellos que -por sentirse abatidos, ansiosos o inseguros- desarrollan fácilmente conductas adictivas.

Pero también existen otros, igualmente en alto riesgo. Y, a diferencia de lo que podría pensarse, no se trata de personas tímidas sino de extravertidas e imaginativas que disfrutan del conocimiento y la sociabilización permanente. "A ellas, Internet les permite cultivar su creatividad y pensamiento innovador, y mantener en constante estímulo a su mente", dice Young.

Tanto Shapira como la doctora Young coinciden en que, para todas estas personas, Internet representa una "adicción segura". Ser alcohólico o drogadicto, dicen, no solo conlleva problemas con la justicia, sino que también el estigma de ser visto como una lacra. "La adicción a Internet, en cambio, es vista con tolerancia por la sociedad.

El problema es que mientras siga existiendo una jerarquización de las adicciones, es decir, que la droga sea peor que el alcohol, que el alcohol sea peor que el apostar, que esto sea peor que fumar, y que todos sean peores que Internet, las personas seguirán viendo a la red como una adicción sana y no buscarán ayuda a tiempo", comenta Shapira.

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La adicción a Internet es igual a cualquier otra. Desde ya, los síntomas son los mismos a los de un jugador empedernido: ansiedad, insomnio, irritabilidad, inestabilidad emocional, un impulso irrestible por no detenerse.

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Síntomas Obsesivos

Para reconocer cuándo una conducta puede ser considerada realmente adictiva, los investigadores han precisado algunos parámetros:

- Una marcada necesidad de conectarse cada vez por más tiempo, para disfrutar lo mismo que antes.

-Tras el cese o reducción en el uso de Internet, se manifiestan algunos signos de abstinencia: agitación sicomotora, ansiedad, pensamientos obsesivos respecto de lo que puede estar aconteciendo en Internet, movimientos voluntarios (o involuntarios) de digitación.

- Imposibilidad o dificultad extrema de acatar límites de tiempo fijados previamente para el uso de Internet, pese a sentir que deberían reducirse las horas de conexión. Incluso, pueden llegar a sentirse culpables por estar conectados.

- Se llevan a cabo muchas actividades relacionadas con Internet como comprar libros, música y revistas; probar navegadores y editores de páginas web, etc.

- Se abandonan otras actividades de carácter social o recreacional.

Comienzan a presentarse problemas en el trabajo, en la familia o en la relación con los amigos y la pareja.

- Se suele mentir a las personas cercanas sobre el real tiempo dedicado a la red.

- Desproporcionada irritación si la conexión falla.

- Interés desmesurado por escribir e-mail y responder los recibidos, aunque sea por pocos minutos.

Los especialistas recomiendan que para evitar caer en este tipo de conductas, lo mejor es limitar el uso de Internet a dos horas diarias y encontrar formas de recreación no supeditadas a la tecnología. Si el asunto ya se volvió complejo, se debe buscar ayuda médica e incursionar casi obligatoriamente en actividades como el deporte, la plástica o la lectura.

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 Pulso Electrónico

No todas las personas que gustan de Internet y le dedican tiempo, son necesariamente adictas a la red. Para algunas es sólo un pasatiempo bajo control. Para saber en qué grado de involucramiento se encuentra, los investigadores diseñaron este test. Basta contestar, en conciencia, sí o no en cada pregunta.

1. ¿Con frecuencia tiende a decir que sólo serán unos minutos, cuando en realidad se tarda jugando o navegando varias horas?
2. ¿Revisa su correo electrónico antes de tomar el desayuno cada mañana?
3. ¿Pierde horas de sueño por pasar noches en vela navegando en la red?
4. ¿Sueña con que está nevegando en la red?
5. ¿Ha perdido varias veces una cita, una clase o ha fingido estar enfermo para poder quedarse conectado?
6. ¿Prefiere perderse un importante evento familiar por estar conectado a Internet?
7. ¿Le llegan recibos del proveedor o del servicio telefónico por más del doble de lo que había esperado?
8. ¿Olvida darles de comer a sus mascotas o llevarlas a pasear?
9. ¿Le parece significativo el tiempo que gasta jugando o navegando, frente al computador?
10. ¿Siente que sus amigos no son tan interesantes como la gente que conoce a través de la red?
11. ¿Hace doble click al manipular el control remoto del televisor?
12. ¿Puede concebir vacaciones sin un computador personal y módem?
Resultados Si contestó Sí a:

Entre 2 y 4 preguntas: No se preocupe, no es más que un nuevo hobby.

Entre 5 y 8 preguntas: Su afición por el ciberespacio puede comenzar a invadir otras áreas de su vida. Fije un tiempo límite para permanecer conectado a la red y respételo.

9 preguntas o más: Cuidado. Puede estar desarrollando hábitos adictivos que podrían alterar su desempeño laboral, sus relaciones personales y su salud mental. Elabore una agenda para regularizar su permanencia en el computador, hable de otras cosas con sus familiares y amigos y, si es preciso, busque ayuda médica".

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 Myriam_Lhamya

 
 

 
 


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