“Es una jungla allá afuera.”
La vida es una jungla. Es peligrosa y traicionera. Está llena de depredadores y enemigos. Puedes quedar gravemente herido en una jungla.
Las ovejas no encajan en la jungla. Los leones, encajan. Las jirafas, encajan. Los elefantes, las cebras, y los cocodrilos, todos ellos encajan. Pero no las ovejas. Ellas estarían fuera de lugar en la jungla. Simplemente no es su territorio. En el mundo salvaje, una oveja se podría transformar muy fácilmente en chuletas de cordero en cuestión de segundos. Ésa es la razón por la que las ovejas generalmente no paran por allí.
En las páginas de las Escrituras se le llama ovejas al pueblo de Dios unas 200 veces. Tan sólo piensa en la magnitud de la creación. Él nos podría haber llamado águilas, collies (perros pastores escoceses), o armadillos. Pero NO. Nos llamó ovejas.
El Salmo 23 es una sección peligrosa de la Biblia. Es peligrosa porque la conocemos tan bien. Muchos de nosotros hemos memorizado su atesorado texto. Incluso muchos no-cristianos están familiarizados con él. El peligro del Salmo 23 es que ha perdido su importancia para nosotros porque nos hemos familiarizado tanto con él.
Pero tiene algo muy especial para todos nosotros, que somos personas que vivimos en una sociedad que vive en la vía rápida. El Salmo 23 específicamente le habla a las presiones de nuestra cultura. Es asombrosamente contemporáneo. Este pequeño salmo es de importancia crítica porque en última instancia nos dice cómo podemos sobrevivir en la jungla de la vida.
En esencia, la sumatoria de sus versos es un manual de supervivencia para la jungla de nuestros tiempos. Es el manual que nos dice cómo estar en ella, pero sin ser parte de ella. “Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero como no sois del mundo, sino que yo os escogí de entre el mundo, por eso el mundo os odia.” (Juan 15:19). Cada oveja tiene que conocer bien el Salmo 23.
Con bastante franqueza, este salmo te mantendrá lejos del destino de convertirte en chuleta de cordero que toda oveja quiere evitar.
"Como ovejas, necesitamos escuchar a nuestro Pastor"Reflexiona:
1. ¿De qué manera quedo perturbado hoy por lo que estoy enfrentando en la jungla?
2. ¿Acaso hay alguien que sea una amenaza para mí y que está comprometido a hacerme daño? - David dijo: “El SEÑOR es la fortaleza de mi vida; ¿de quien tendré temor?” (Salmos 27:1).