Me rindo
¿Alguna vez te has sentido mal con Dios por mantener algún pecado pese a ser cristiano? ¿te ha invadido es sensación de culpabilidad que constriñe el alma, por estar consciente de tu pecado delante de Dios y sientes que no tienes fuerzas para abandonarlo?.
Muchas veces los cristianos después de su primer amor por Dios, son invadidos por su vieja naturaleza y pierden toda su fuerza volviendo a pecar. Casi todos los ceristianos tienen por lo menos un área de debilidad que parece que no ha desaparecido no obstante que se arrepentieron delante de Dios y fueron renovados al nacer de nuevo. esta situación les hace pensar que no vale la pena seguir a Cristo pues mantienen una actitud hipócrita, les averguenza estar en la iglesia y prefieren apartarse de ella y terminan por creer que ya no hay nada más que hacer por ellos y en el peor de los casos se vuelven a la perdición.
Lo más difícil en una situación como esta, es que muchas veces, el único que lo sabe es el que lo está viviendo pues guarda las apariencias ante los demás lo cual le hace sentirse mucho peor.
Para quienes sufren una situación así, donde están perfectamente conscientes de su pecado, y se sienten débiles para combatir ese mal, es sumanente importante que no pierdan de vista que Cristo les sigue amando. Deben entender que Dios mantiene sus brazos abiertos hacia ellos y que se duele de su pecado al cual rechaza, pero nunca rechaza Dios al pecador. Deben saber también que Satanás es feliz con su sentir, y que él precisamente espera que el cristiano se sienta derrotado, vencido, miserable y falso, a fin que se vuelva atrás y le de la espalda aquel que lo salvó.
La vida misma nos ha enseñado que para obtener algo debemos luchar para pbtener nuestras metas por simples que nos parezcan, y en ese tenor cometemos el error de aplicar nuestras propias fuerzas para vencer al pecado, de forma tal que no es raro hacer promesas de "no volverlo hacer" que incumplimos poco tiempo después, sin darse cuenta que los pecados son una carga qu debe ser depositada totalmente en el Señor Jesucristo. "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar"(Mat. 11:28), pues el pecado algi imosible de vencer con nuestras propias fuerzas. No debes olvidar que Dios en Su misericordia infinita nos ha provisto de un abogado "Hijitos míos, estás cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. (1Juan 2:1.