'Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, le adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra'. Mateo 2:11. Empieza un año nuevo. Nuevas metas. Nuevas ilusiones. Nuevos deseos. Tal vez nuevas vanidades. ¿ Que esperamos para este año? o ¿ Que daremos en este año? Los magos creyeron en Jesús sin jamás haberle visto. Creyeron en Jesús cuando los escribas y fariseos estaban incrédulos. Los sabios creyeron en Jesús cuando vieron al niño en los brazos de su madre, y le adoraron como rey. No vieron signos de grandeza o divinidad que les impusiera respeto. Sin embargo, creyeron en él como el Salvador del mundo. ¡ Se postraron y lo adoraron! ¡ Le entregaron valiosos presentes! REFLEXION: ¿ Cuál es el estado de nuestra fe en Cristo? ¿ Cuál es nuesta abnegación por el Salvador del mundo? ¿ Cuál es nuestra entrega a él? ¿ Cuál actividad o actitud podemos desplegar por seguir y servir a Cristo? Que en este año podamos imitar el ejemplo de esos hombres que entregaron entregaron valiosos presentes al Salvador del mundo.
ANECDOTA: En un pequeño pueblo de Honduras,C.A., conocí a un joven de escasos 27 años, pero parecía de mucho mas edad. Me sorprendí al verlo postrado en un catre, mutilado de sus brazos y de sus piernas. Me contó porque estaba así: ' Conocí a Cristo siendo un adolescente. Me entregué a él.Pronto me dí cuenta que el Señor me había provisto de dones y capacidades en la música. Aprendí a tocar guitarra y piano. Y empecé a diriguir la alabanza en la iglesia que era miembro. Pero no tenía un trabajo remunerado. En el periódico me dí cuenta que en un bar necesitaban a una persona para tocar el piano. Se me hizo fácil, y me dieron el trabajo. Después de los cultos me iba al bar y toda la noche tocaba el piano mientras la gente se emborrachaba. Una noche una persona dejó una copa con vino en el piano, me entró la tentación y me la tomé. Ahí empecé a tomar licor y pronto me volví un borracho. Todas las noches tomaba hasta caer. Ya no fuí alos cultos en la iglesia. Así pasaron varios años entregándome completamente al vicio. Una noche que salí del bar bién borracho, al cruzar las vias del ferrocarril, vino el tren, no me dí cuenta y me arrolló, mutilándome las piernas y los brazos. Cuando me repuse, volví al Señor, arrepentido por mis pecados le pedí perdón. Ahora sólo puedo dar mi testimonio.Por haber despreciado lo que él me dió: la salvación, y dones y talentos y los desperdicié, no le entregué al Señor de lo mucho que me dió.' ORACION: Señor, permíteme entregarte y entregarme a tí de lo mucho que tu me has dado.
'Dame, hijo mio tu corazón.' Proverbios 23:26a
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