La ceguera

"Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó Él y sus

y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timoteo,

estaba sentado junto al camino mendigando. Y oyendo que

era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir:Jesús,

Hijo de David, ten misericordia de mí" Mar. 10:46-47.

Bartimeo era ciego de nacimiento,

La ceguera puede ser lo mismo ausencia de la vista natural, cómo también

la venda que está sobre los ojos del entendimiento y nos impide ver más allá.

Se puede vivir sin ver, pero no se puede vivir la verdadera vida

sin entender que Dios nos ama mucho.

¿cuantas veces vivimos sumergidos en nuestros problemas, prisioneros de

actitudes, relaciones y situaciones que ni siquiera nos percatamos?

Esto quizá pueda tener algo que ver con la ubicación física de los ojos,

que sólo nos permiten ver hacia fuera, y no hacia dentro.

Los ojos nos permiten mirar hacia fuera, pero la fe nos invita a meternos

dentro de nosotros mismos y descubrir las causas de nuestra propia

eclavitud, de nuestros propios fracasos y temores.

La ceguera espiritual seguirá siendo un mal irreversible hasta que no tengamos

un encuentro con Él que puede crear una nueva realidad que antes no existía.

La vida de Bartimeo nos comunica algo más que un cambio externo, pues se

trata de la culminación de un proceso espiritual.

Es la respuesta a la pregunta:

¿Donde estará ese lugar donde me sentiré amado y aceptado?

Por nosotros mismos no vamos a encontrar ese lugar perfecto donde no existan los problemas y donde  vivamos en completa seguridad, Y no lo vamos a encontrar,

no porque no exista.

No lo vamos a encontrar porque ese no es un lugar fisico, sino un estado espiritual."

"Respondió Jesús y dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo,

no puede el reino de Dios" Juan 3:3.

En el orden natural del mundo, aún de muchas religiones acontece que

NACES, CRECES Y MUERES.

En el orden Dios es al revés: MUERES, NACES Y CRECES.

Ese lugar donde podemos encontrar la paz y la reconciliación es el corazón

mismo de Jesús, que late y da vida a quien, con desesperación, necesita de un Salvador.

CLAMA HOY A JESÚS, PORQUE "no  hay otro nombre dado a los hombres

en que tengamos salvación"

"Clama a mí y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces" ( Jer.33:3).