<< Y cuando terminó Jesús estas palabras,la gente se admiraba de su doctrina; porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.>> Mateo 7:28,29.
El Sermón del Monte está lleno de enseñanzas prácticas que los discípulos de Cristo han de obeceder.
Jesús termina su sermón haciendo una comparación de los que oyeron el mensaje con unos hombres que edificaron sus casa:
Primero, los que oyen la Palabra de Dios y la practican son como el constructor prudente que construye su casa sobre bases sólidas.
Segundo, los que oyen la Palabra de Dios y no la practican, son como el hombre insensato, que edificó su casa sin fundamentos firmes.
Los discípulos de Jesús son conocidos por sus frutos. Son aquellos que lo obedecen y están dispuestos a hacer su voluntad. Oyen y ejecutan: ¨Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.¨ Santiago 1:22. Son a los que se les sembró la palabra en tierra buena: ¨¨Y estos son los que fueron sembrados en tierra buena: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno¨ Marcos 4:20. Son los cristianos responsables de llevar la cruz de Cristo y le siguen. Son obedientes al mandato del Señor. Son los que tratan de vivir agradando a Dios con sus hechos. Son aquellos que dan testimonio de Jesucristo con el mensaje y con su vida.
Los otros son los que escuchan la palabra de Dios, pero sencillamente no la practican.Tal vez piensan que están bién con Dios porque se complacen con oir y aprobar su palabra, pero, sin ningún resultado. Sin ser responsables con el Señor. Nunca dejan de tener lazos con el mundo. No están dispuestos a cargar la cruz de Cristo. Siempre esperan que otros vayan adelante para que les ayuden a ellos. Son aquellos a los que se les sembró la semilla de la palabra junto al camino, entre piedras y entre espinos. y por su dureza de corazón, por su indiferencia, por su mundanalidad, por los deseos de la carne, por sus riquezas, no germinó la palabra y se ahogan en sus vanidades.No tienen frutos. Marcos 4:4-7; 15-19.