Los hombres valiosos llegan a la fama por sus obras.
Los necios se hacen
famosos por la propaganda.
Nuestra sociedad de consumo también "fabrica
" ídolos famosos, porque necesita venderlos.
A Dios le sobran propagandistas y le faltan testigos.
Si el sabio te censura, piénsalo.
Si el estúpido te alaba, ¡laméntalo!
El que se sabe merecedor de la aprobación
y del aplauso, no hace nada para conseguirlos.
El árbol que sobresale muy pronto con sus ramas,
suele ser el que primero cae por falta de raíces.
El hombre seguro de sí mismo goza cuando es apreciado
y se duele ante el menosprecio, pero no malgasta su tiempo
para cambiar la opinión ajena.
La propaganda es muchas veces como el agua:
deja en el fondo el oro y saca a flote el leño seco.
Si eres sensato valoras más el juicio de los pocos que
te conocen de verdad, que las alabanzas o los juicios
negativos de los que te desconocen.
El necio se irrita con la corrección del amigo y se
hincha con la alabanza del adulador.
El orgullo hincha la pobreza del necio y la humildad
agranda la riqueza del sabio.
-El orgullo es la fachada de la estupidez y la humildad
es el cimiento de la sabiduría.
Bendecido Dia...Sra Sara