La verdadera prosperidad
"....siempre en mis oraciones, rogando que de alguna manera tenga al fin, por la voluntad de Dios, un próspero viaje para ir a vosotros" Romanos 1:9-10.
La palabra prosperidad o próspero tiene un sonido agradable y produce un sentir placentero por lo que podría ocurrir en el futuro. Es usada cuatro veces en el Nuevo Testamento dos por Pablo y dos por Juan. Es una palabra que significa ayuda para viajar con seguridad, y también tener éxito. Cuando Pablo informó a los cristianos de Roma su deseo de visitarlos, expresó su deseo de viajar sin problemas. Su objetivo no fue llegar a Roma cómo turista, sino comunicarlos "Porque deseo veros, para comunicares algún don espiritual, a fin de que séais confirmados" V.11. Cuando escribió esto no tenía dea de todas las vicisitudes por las cuales tendría que pasar antes de llegar a Roma. Y menos habría pensado llegar cómo preso en cadenas. De todas manera quien lee los detalles de su viaje a Roma en el libro de los Hechos sabe que el "próspero viaje" que deseaba Pablo fue muy diferente a lo esperado. Sufrió un naufragio, fue mordido por una serpiente, y hubo amenazas de muerte cuando los oficiales pensaban que los presos iban a escapar.
Pablo usó la misma palabra cuando instruyó a los cristianos de Corintio sobre sus ofrendas a Dios. Habían de ofrendar a Dios "Cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya sido prósperado, guardándole, para que cuando yo llegue no se recojan entonces las ofrendas" 1Corintio 16:2. La instrucción fue que cada cristiano y la medida de su ofrenda había de calculase "según haya sido prosperado". Dar a Dios es un acto de adoración. Por eso hay hermanos y hermanas que en la reunión del pacto de cada domingo. Usan una bolsa en la que nadie sabe cuanto la mano deposita. Sería fácil engañar a los demás, pero "Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre siembre, eso también segará" Gálatas 6:7. Algunos preguntan si deben dar el diezmo. Una cifra fija no se indica para la iglesia, sino, "según haya sido prosperado".
Cuando Juan hizo uso de la palabra "prospero", no pensaba en la seguridad de un viaje, ni en el dinero, sino reconociendo la salud espiritual de que los hermanos disfrutaban, y expresó de que también tuviesen buena salud fisica. "Amado, yo deseo que tu seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así cómo prospera tu alma" 3Juan 1:2. La condición espiritual de los destinatarios su carta tiene que haber sido algo excepcional, pues a reglón seguido explico: "Pues mucho me regocije cuando vinieron los hermanos y dieron testimonio de tu verdad, de cómo andas en la verdad" 3Juan 1:3. Muchas veces es todo lo contrario, hay quienes disfrutan de buena salud y su vida es un desastre. Debemos desear ser prósperos, no medido según sea la salud o en cifras monetarias, sino en lo que es la verdadera prosperidad, llevar una vida de santidad para la gloria de Dios. Esto si, es prosperidad espiritual.