¿Qué es la vida llena del Espíritu?
Efesios 5.18-21
Aunque Dios quiere que todo creyente sea lleno del Espíritu, muchos no están seguros
de lo que esto significa, o de cómo es. Para ayudarnos a entender que todo lo que
nos llena nos controla, Pablo cita la embriaguez como un ejemplo negativo de
"llenura", y nos dice que la evitemos. En todo creyente mora el Espíritu de Dios,
pero el alcance de su señorío es determinado por la libertad del cristiano para obedecer.
Piense en esto como la decisión voluntaria de rendir su vida al control del
Espíritu Santo; en otras palabras, de ser sensible a su dirección y guía,
de obedecer su impulso y depender de su poder. La evidencia del control
del Espíritu se revela en el carácter de la persona. Quienes han rendido
sus vidas a la dirección de Cristo están siendo transformados continuamente
a su semejanza. El grado de sometimiento determinará el nivel de transformación.
Aunque las buenas obras y el servicio fiel son resultados de ser llenos del
Espíritu, no son necesariamente señales de esto. Recordemos que estamos
hablando de carácter, no de lo que hacemos. Es más fácil servir al Señor de
alguna manera, que amar a las personas antipáticas, o ser pacientes con las
difíciles. Pero cuando el Espíritu está en control de nuestra vida,
él hace a través de nosotros lo que no podemos hacer por nosotros mismos.
Todo creyente decide quién gobernará su vida, ya sea por su activa entrega a
Cristo, o por seguir a plena conciencia su propio camino. Incluso quienes
tratan de evitar el asunto sin tomar ninguna decisión, optan de manera
inconsciente por la independencia. La plenitud del Espíritu y el
carácter piadoso son de quienes eligen a Dios antes que a sí mismos.
Dr.Charles F. Stanley
Amado Padre, en el nombre de Tu Hijo Jesucristo, te ruego
que sumergas a todos y a cada uno de tus hijos en el río
de tu Espíritu y permite que emergamos con un nuevo
corazón, un corazón conforme a tu corazón, misericordioso,
piadoso, bondadoso, generoso, dadivoso, saturado de tu
perfecto amor, para que podamos amar a nuestros enemigos,
al antipatico, al pecador, que no seamos jueces, porque no
tenemos ningún derecho para tomar la posición que sólo a
Ti te corresponde, que ahi en las profundidades de Tu río
dejemos al viejo hombre y salgamos dispuestos a representarte
como es digno de un hijo tuyo, que te demos a conocer sin
palabras y que podamos demostrar al mundo que somos humildes
y perdonadores, que sabemos amar como Tú nos amas; en el
nombre de Cristo Jesús te lo rogamos. Amén
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