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Moisés
Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? Éxodo 3:11
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¿Alguna vez se ha sentido como Moisés, incapaz de realizar la obra que Dios le ha encomendado?, si su respuesta es afirmativa, no tema ni se apresure, usted está en el camino correcto para realizarla!
La vida de Moisés es fascinante, y utilizada por Dios como una figura de la obra que mas tarde se cumpliría en Cristo. Desde su nacimiento, Moisés fue guardado, levantado y perfeccionado para ser un instrumento en el desarrollo del eterno proyecto de Dios para su creación.
Las Escrituras nos relatan que Moisés creció con grandes comodidades y privilegios, enseñado “en la sabiduría de los egipcios” y con gran autoridad en Egipto no solo por su gran educación sino también por su posición como príncipe.
Durante 40 años, Moisés tuvo que ser tratado por Dios, y llevado de ser un poderoso príncipe a lo más abominado por un egipcio: un simple pastor de ovejas, comúnmente visto como una persona sucia, sin educación ni influencia.
Durante este tiempo, Moisés no pudo apoyarse más en su capacidad, posición, ni siquiera en su fuerza natural, ya que estaba por alcanzar los 80 años, que era la edad promedio a la que un hombre llegaba en ese tiempo. Pero, en esa condición, su verdadero temor lo experimentó cuando en el monte Horeb, Dios le mostró que sería el instrumento por el que traería libertad a su pueblo. ¿Cómo puede ser esto posible? Moisés se preguntaba.
Cuanto mas capacitados nos sintamos, cuanto mas preparados creamos estar para realizar una obra es cuando menos útiles podemos ser para Dios. La victoria en nuestras luchas diarias no depende de nuestra posición, capacidad, educación o experiencia, sino en la rendición de nuestro ser a la completa dependencia de Cristo.
Señor rendimos nuestra vida a ti. Debilita nuestra fuerza para caminar en tu poder!
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B e n d i c i o n e s !!!
Fondo Myriam_
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