La depresión
Mito N° 2
LA DEPRESIÓN DEBE SER UN SIGNO
DE PECADO NO CONFESADO
El pecado no confesado puede, por supuesto,
ser una causa de depresión.
El rey David experimentó una tremenda carga de culpa
y depresión por su pecado con Betsabé.
«Mientras callé se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día»
(Salmo 32.3). David confesó su pecado
y eventualmente experimentó alivio de su depresión.
Romanos 3.23 dice: «Por cuanto todos pecaron,
y están destituidos de la gloria de Dios».
1 Juan 1.8 dice: «Si decimos que no tenemos pecado,
nos engañamos a nosotros mismos,
y la verdad no está en nosotros».
El pecado es parte de la naturaleza humana.
En la lucha contra el pecado en nuestras vidas,
tenemos dos elecciones.
Podemos confesar el pecado y recibir perdón,
o podemos negar el pecado e inconscientemente
intentar mantenernos lejos de él.
Esta forma de actuar utiliza los mecanismos de defensa
de la negación y la represión. Rehusar el reconocimiento
del pecado demanda una tremenda cantidad
de energía mental. La depresión
es a menudo el resultado de ello.
Hay tiempos, sin embargo, cuando la depresión
no se relaciona a un pecado inconfeso o a un mal actuar.
Nuevamente, Job es el mejor ejemplo.
Puede haber muchas otras causas para la depresión:
factores físicos y de medio ambiente,
una pérdida significativa, un prolongado estado de fatiga,
por mencionar solo algunas.
Un colega experimentó recientemente
una severa depresión producto de una reacción
a los medicamentos que estaba tomando para
una afección cardíaca. Su depresión era real y dolorosa.
¡Insinuar que la depresión en este santo hombre
era por pecado inconfeso en su vida, hubiera sido ridículo! .
yo confieso, que no solo de pecado viene la depresión,
si no de las preocupaciones tube mi experiencia,
cuando a mi esposo le diagnosticaron su diabetis,
yo me preocupe muchisimo, tanto por él,
como por nuestra estadia al
regresar del Perú en Suiza,
y comensar nuestra vida a cero.
me deprimi tanto,al ver a mi esposo
tan enfermo y asi se esforzaba a trabajar,
y su trabajo era demaciado lejos, que
tenia que conducir, muy canzado, y las rutas eran malas,
hera en tiempo de invierno, yo oraba cada dia
para que no le pase nada, y daba gracias a Dios
al verlo llegar a casa y de otro lado al verlo
a el tan mal lo vivia yo tambien me afecto mucho y
que tube que ir al hospital pensaba que
sufria del corazón.
y a ese nivel no detectaron nada,
y me enviaron a casa, y al dia siguiente,
y nuevamente
empese a sufrir dolores en el pecho y dormia
solo una a dos horas por noche, pensaba
que era el final de mi vida, y oraba mucho
para que Dios tenga compasión de mis hijitos
y me diera vida para verlos crecer,
asi que insisti al medico que me diera algo para
poder dormir y algunos medicamentos para
aliviar el dolor en mi corazón. y muy lentamente
me fui mejorando, pero apenas tenia preocupación,
o penas, me regrasaba. pero ya no tan fuerte como la
primera vez, asi que confiando en Dios, y
conoci a muchos hermanos por
internet me animaban a seguir confiando en Dios,
porque la depresión es parte del reino de las tinieblas.
ahora me siento bien porque Cristo me a dado la Victoria
Gloria a Dios !!
comparto con amor para ustedes,
su amiga y hermana
Marta
Recopilado
por:
Marta Vargas
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