El sudario puesto aparte
“Llegó Simón Pedro… y entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos allí, y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte.” Juan 20:6-7.
María Magdalena se levantó muy temprano para ir al sepulcro. ¿Qué es lo que quería hacer? ¿Quería sentarse a llorar la muerte de Jesús? La gran sorpresa fue que la piedra que cubría la entrada al sepulcro estuvo rodada dejando el acceso libre para entrar. María no se quedó mucho tiempo, pues se percató que el cuerpo del Señor no estaba and corrió para avisar a Pedro y a Juan. Les dijo lo que ella supuso que hubiera ocurrido, “se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde le han puesto” Juan 20:2. Los dos discípulos vinieron corriendo. Juan llegó primero y al mirar dentro se dio cuenta de que estaban solamente los lienzos en orden sin el cuerpo del Señor en ellos. Jesús había salido dejando los lienzos como evidencia de su resurrección. Fue un milagro.
Cuando Pedro llegó, entró de inmediato y también “vio los lienzos puestos allí, y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte” vv.6-7. Juan escribió en su evangelio su reacción, “entró… y vio, y creyó” v.8. Fue una creencia limitada. Solamente por lo que vio, creyó que el cuerpo no estaba, “porque aún no habían entendido la Escritura, que era necesario que él resucitase de los muertos” v.9.
El misterio para Pedro, Juan y María era grande, ¿dónde está el cuerpo de Jesús? Si alguien le hubiera robado, se habría llevado todo, lienzos incluidos. Los soldados estaban desmayados. Un ángel poderoso había removido la piedra. Se fijaron en los lienzos y el sudario. ¿Por qué el sudario estaba aparte y enrollado? El Señor lo había sacado de su cabeza y con cuidado, lo puso aparte como para decir, “ahí está, no lo necesito más”. Pronto Jesús va a revelarse a María, premio dado a ella por quedarse en el jardín mientras Pedro y Juan se volvieron a donde estaban los otros discípulos. El sudario aparte y los lienzos dejados fueron un signo especial que indicaba que jamás los necesitarían otra vez. Con su cuerpo resucitado, Jesús estaba en condiciones de volver al Padre y comenzar su obra eterna de salvación e intercesión a favor de los en Él confiamos. El sudario puesto aparte es un signo que el sepulcro no pudo retener al Hijo de Dios. Está vivo y vivo para siempre.
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