¡Ojo! La Factura sale cara "Todas las cosas me son lícitas, más no todas me convienen; todas las cosas me son lícitas, más yo no me dejaré dominar de ninguna". (1Cori.6:12).
Una de las cosas que yo agradezco a los pastores que tuve al inicio de mi caminar cristiano que jamás me tuvieron prohibiendo nada, ni mucho menos me quisieron obligar a ser de una forma u otra, sino que se esforzaron a enseñarme a leer la Palabra y a dadme cuenta por mi mismo que cosas le son agradables a Dios y que cosas le son desagradables.
Treinta años después puedo dar gracias a la motivación que recibía de mis maestros espirituales para leer la Biblia, he tenido un caminar aceptable, no es perfecto, pero si aceptable, la perfección la lograremos cuando Cristo venga a por su iglesia, aunque realmente quien tendría que juzgar eso es el Señor.
Uno de los versículos más emblemáticos de los cristianos es el anterior: "Todas las cosas me son lícitas", sin duda tu tienes la decisión de hacer cualquier cosa que quieras, Dios te ha dotado de un libre albedrío para hacer de tu vida lo que quieras. Pero eso si, la factura se paga.
Ahora bien, cada uno somos dueños de nuestras decisiones Pablo bien lo decía: "todo me es lícito", pero la segunda parte está llena de sabiduría: "No todo me conviene". ¿Porque habrá escrito esto el apóstol Pablo?, simplemente porque en algún momento de su vida, experimento las consecuencias de hacer algo que no convenía en el ámbito espiritual.
Es cierto que Jesús nos ha llenado de Su gracia, puesto que estamos el periodo de la gracia, pero no tomes la gracia de Dios como pretexto para pecar deliberadamente. Es cierto que todo te es lícito, pero si lees la Palabra de Dios te darás cuenta como El quiere que vivas.
Hermano (a), es momento de darnos cuenta que hay una factura que pagar después de realizar un acto que va contra la voluntad de Dios, tu puedes hacer lo que quieras, pero ¿Estas seguro que quieres hacerlo?, ¿Ya te pusiste a pensar en las consecuencias de esa decisión?, toma en cuenta la Palabra de Dios. Cristo ya pago una factura por tus pecados, derramo su sangre por tu salvación. No provoques que tu vida se llene de facturas carísimas de pagar y dorosas de sobrellevar.
Es cierto que todo te es lícito, pero ¡Ojo! La factura muchas veces es carísima.
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