El ejemplo de un gran sacerdote
(Cristo Jesús)
"El ojo misericordioso será bendito. Porque dio de su pan al indigente." Proverbios 22:9. Acontenció que descendió un sacerdote, y más tarde un levita, los cuáles llegados cerca de aquel lugar, y viendo aquel hombre herido y necesitado, pasaro de largo, sin socorrerle. Al poco tiempo pasó otro hombre por aquel lugar, y viéndole tirado en el camino, y necesitado de ayúda, se movió hacia él en un acto de misericordia. Observó sus heridas y las vendó poniendo en ellas aceite y vino. Luego cargó con él, y lo llevó al mesón, donde lo dejó a cargo del mesonero hasta su regreso, pues éste hombre debía partir hacia su destino. (Leer Lucas 11:25 en adelante). La actitud de de éste sacerdote, y de éste levita, puso de manifiesto que el sacerdocio levitico no podría traer ni la sanidad ni la perfección para el hombre herido y doliente bajo el maltrato del pecado y de los pecadores. Y fue por eso necesario que se levantase entre ellos un sacerdocio nuevo. Este nuevo sacerdocio, iniciado por un hombre misericordioso(Cristo Jesús), es un sacerdocio inmutable, por medio del cuál salva a perpetuidad a los que por Él son acercados a Dios, siendo Él mismo el intercesor por ellos. Este nuevo Sacerdote, es primeramente misericordioso; Él conoce nuestra condición sufriente por los mqalos tratos del pecado y de los pecadores, y no duda en socorrernos y en vendar las heridas que nos han hecho, tanto pecado cómo pecadores; Él carga con nosotros y con nuestros pecados, y nos lleva a un lugar de reposo. Él nos pones en manos del mesonero (El Espíritu Santo), para que cuide de nosotros en su ausencia, hasta su regreso. Y nos ha dejado un claro ejemplo de que cómo Él ha hecho con nosotros, así debemos hacer nosotros con nuestros prójimos. Él nos ha dado de su vino y de su aceite, los cuales representa su Vida y su Unción, para que por medio de ellos sanemos las heridas de los que están en la misma condición que nosotros estuvimos antes de conocer al Señor y creerle a Él . Él nos ha dado una nueva visión misericordiosa para que demos de nuestro Pan (Cómo Él nos dio del suyo), a los necesitados, tanto en sus necesidades naturales cómo espirituales. Vendemos, por lo tanto las heridas con el vino y el acite del Señor, y llevemos a nuestro prójimo al mesonero, al Espíritu Santo para que cuide de él. Porque así lo dejo dicho Aquel que nos curó: Cómo yo hice contigo, " ve, y haz tú lo mismo con tu prójimo, sea éste quien sea.
Oración: Padre, gracias por cuanto has hecho y haces en mi vida. Voy a ser imitador tuyo y dedicar mi vida a hacer con mi prójimo lo que tú has hecho en vida. Lo creo y lo recibo. En el nombre de Jesús, amén.
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