Limpieza del templo
"Vinieron, pues, a Jeruslén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y vocó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas." Marcos 11:12.
El Señor hizo el primer milagro en Cana de Galilea cuando cambió el agua en vino. Terminadas las festividades de la boda, junto a sus discípulos descendió a Capernaun, ciudad en mar de Galilea. Este fue el lugar donde Jesús estableció su residencia. Dentro de poco tiempo Jesús hizo una visita la ciudad de Jerusalén. En el comienzo de su ministerio público. Jesús fue a Jerusalén porque estaba cerca la pascua. Cómo judío devoto y obediente a la ley, es de esperar que pariera ir a Jerusalén para celebrarla. Cuando entró en el templo vio una situación degradante en esta lugar santo.
En el templo, halló que los negociantes junto con los cambistas habían cambiado el carácter del templo con sus prácticas comerciales. Inmediatamente echó fuera al los que se habían instalado allí. Ellos merecieron las palabras de repudio pronunciadas por el Señor. Llama la atención la brusquedad del lanzamiento a la calle a los que vendían bueyes, ovejas y palomas. En el caso de los cambistas, volcó las mesas. ¿Acaso hubo necesidad de que el Señor les dijera que fuesen personas non gratas en este sagrado recinto?.
Jesús dijo en forma categorica, "Quitad de aquí esto, y no hagáis de casa de mi Padre casa de mercado." Los que vendian palomas podrían haber pensado que por vender a los pobres se escaparían. Pero nadie fue exceptuado. Se ve en sus acciones que Jesús tenía autoridad para actuar de esta manera. Al llamar al templo casa de mi Padre, se indentificó estrechamente con el lugar cómo para decir que debiera ser el lugar donde la voluntad del Padre prevaleciera. Por eso, Jesús trató a los que se habían apoderado de los puestos cómo intrusos. La historia secular informa que los puestos eran vendidos por el mismo sumo sacerdote y su familia al postor que ofrecía más dinero. En verdad había cambiado el carácter del templo de ser un lugar sagrado a ser un lugar de negocios. En vista de ciertas prácticas que se ven en algunas iglesias, me hago una pregunta. ¿Que haría el Señor con los que han hecho de la predicación del evangelio un negocio?. En algunos casos la crítica del mundo es merecida porque ciertos miembros buscan cómo ganar dinero usando su "templos" cómo base de operaciones.