El Evangelio de Hoy MIERCOLES 06 DE ABRIL DE 2011.
Miércoles de la Cuarta semana de Cuaresma.
¡Bienvenidos Hermanos y hermanas en Cristo Jesús!
Nos hemos reunido para leer la Palabra y alimentarnos de Cristo
que fortalece nuestra vida y nos compromete a vivir
y a llevar una vida Espiritual llena de amor y paz.
Con alegría leamos la palabra.
Con alegría leamos la palabra.
“Habla, Señor, que tu siervo escucha”.
“Señor, creo que en las Sagradas Escrituras que voy a leer
se contiene Tu Santa Palabra.Haz que la escuche con todo respeto y amor.
Ilumina mi mente para que por medio de ella yo conozca
Tu Santa voluntad, y mueve mi corazón para que yo cumpla con fidelidad
lo que Tú quieres de mí.Espíritu Santo, ilumina con Tu luz mi cabeza
y enciende mi corazón para que la palabra de Dios
pueda entrar y quedarse siempre en mí, para conocer por medio
de Tu Palabra, tu Divina Voluntad,lo que puedo y debo hacer,
lo que debo y puedo modificar,y que no depende de mi cambiar.
Como debo conducirme en los acontecimientos de la vida.
Señor, aquí tienes mi corazón abierto,
dispuesto a escuchar Tu Palabra con corazón sencillo
y con la voluntad decidida para obedecerle.
En Ti esta la luz y la salvación.
Amen y Amen
PRIMERA LECTURA.
Isaías 49,8-15
Así dice el Señor: "En tiempo de gracia te he respondido, en día propicio te he auxiliado; te he defendido y constituido alianza del pueblo, para restaurar el país, para repartir heredades desoladas, para decir a los cautivos: "Salid", a los que están en tinieblas: "Venid a la luz." Aun por los caminos pastarán, tendrán praderas en todas las dunas; no pasarán hambre ni sed, no les hará daño el bochorno ni el sol; porque los conduce el compasivo y los guía a manantiales de agua. Convertiré mis montes en caminos, y mis senderos se nivelarán. Miradlos venir de lejos; miradlos, del norte y del poniente, y los otros del país de Sin. Exulta, cielo; alégrate, tierra; romped a cantar, montañas, porque el Señor consuela a su pueblo y se compadece de los desamparados. Sión decía: "Me ha abandonado el Señor, mi dueño me ha olvidado." ¿Es que puede una madre olvidarse de su criatura, no conmoverse por el hijo de sus entrañas? Pues, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré." Palabra de Dios.
Meditación
Para los Israelitas desterrados ha llegado el momento de la manifestación de la misericordia de su Dios. La Ciudad Santa contempla cómo sus hijos vuelven jubilosos y protegidos por el Señor. Nuevamente la ciudad se llenará de alegría, se restaurará la tierra y los hogares destruidos volverán a ser ocupados. Dios jamás se olvida de los suyos; los ama con un amor más grande que el que le puedan tener la madres a sus propios hijos.
Muchos siguen pensando que en situaciones difíciles Dios ha cerrado los ojos como para no enterarse; más todavía: piensan que Dios nos ha abandonado y nos ha dejado a la deriva. No podemos cerrar los ojos ante infinidad de problemas que nos aquejan o aquejan a la vida familiar o social. Hoy el Señor nos recuerda que nos sigue amando y llamando para que retornemos a una vida más fraterna, más llena de amor, más llena de paz. Tenemos que preguntarnos si es Dios quien nos ha cerrado el camino para que dejemos de hacer el bien y, viviendo en la maldad y el error, continuemos destruyéndonos y generando una vida de sufrimiento, dolor y muerte. O si somos nosotros quienes no hemos querido abrir los ojos para encontrarnos con el camino de amor que Dios ha puesto frente a nosotros para que vayamos por él.
Pidamos a Dios que perdone nuestras visiones cortas y egoístas. Que nos dé la capacidad de iniciar un nuevo camino, camino de retorno hacia el encuentro con Él como Padre nuestro, y hacia el encuentro con nuestro prójimo como hermano nuestro.
Dios nos ha formado y nos ha destinado para que seamos portadores de su amor, de su perdón, de su liberación que nos hace vernos libres de nuestras esclavitudes al mal, llenos de su luz que nos libera de las tinieblas de nuestros pecados. El camino es arduo, pero el Señor está con nosotros. Él nos dice: ¡Ánimo, no tengan miedo! Yo, que he vencido al mundo, estoy con ustedes.
Salmo responsorial:
144, 8-9. 13cd-14. 17-18
El Señor es clemente y misericordioso.
El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. El Señor es fiel a sus palabras, bondadoso en todas sus acciones. El Señor sostiene a los que van a caer, endereza a los que ya se doblan. El Señor es justo en todos sus caminos, es bondadoso en todas sus acciones; cerca está el Señor de los que lo invocan, de los que lo invocan sinceramente.
El Evangelio de hoy
Juan 5,17-30
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: "Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo." Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no sólo abolía el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios. Jesús tomó la palabra y les dijo: "Os lo aseguro: El Hijo no puede hacer por su cuenta nada que no vea hacer al Padre. Lo que hace éste, eso mismo hace también el Hijo, pues el Padre ama al Hijo y le muestra todo lo que él hace, y le mostrará obras mayores que ésta, para vuestro asombro. Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere. Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo el juicio de todos, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo envió. Os lo aseguro: Quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee la vida eterna y no se le llamará a juicio, porque ha pasado ya de la muerte a la vida. Os aseguro que llega la hora, y ya está aquí, en que los muertos oirán la voz del Hijo de Dios, y los que hayan oído vivirán. Porque, igual que el Padre dispone de la vida, así ha dado también al Hijo el disponer de la vida. Y le ha dado potestad de juzgar, porque es el Hijo del hombre. No os sorprenda, porque viene la hora en que los que están en el sepulcro oirán su voz: los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de juicio. Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.
Reflexión
Entre el Padre y el Hijo existe plena unidad. Por eso las obras del Hijo son las que le ve hacer a su Padre, nada lo hace el Hijo por su propia cuenta. Si de Jesús procede la Vida no sólo para curar sino hasta para resucitar un muerto, con eso el Padre está dando testimonio a favor de su Hijo. Quien acepte al Hijo tendrá la Vida, quien lo rechace habrá perdido esa Vida; el juicio y la condenación vendrá de quien no quiso tener al Hijo consigo mismo. Unirse al Hijo por la fe nos hace ser portadores de la Vida. Esta voluntad de Dios la conoceremos a profundidad especialmente en la oración, no intimista, sino comprometida con la voluntad de Dios.
Sentados a los pies de Jesús, haber escogido la parte mejor, no es sólo para quedarnos pasmados y boquiabiertos ante el Rostro y las palabras del Maestro. Jesús, de frente a su Padre, escruta su corazón para encontrar ahí su voluntad, para contemplar sus obras que son siempre de amor y de misericordia. Tener la misma vida de su Padre le llevará a manifestarlo en su vida de Hijo Encarnado. La oración, para Jesús, no se limitaba a ir a la Sinagoga, como era su costumbre hacerlo todos los sábados; también se pasaba largas horas, e incluso la noche entera en oración ante su Padre Dios para descubrir su voluntad y actuar en fidelidad amorosa a la misma, teniéndola como su propio alimento.
Pidámosle al Señor que nos conceda ser llamados a una vida de intimidad con Él. La oración nace del llamado que Dios nos hace para estar con Él. Ojalá y cuando Él llame no sólo abramos la puerta sino nuestro corazón. Entonces, en un diálogo amoroso con Él, encontraremos caminos de amor, de conversión, de justicia y de paz. Si nuestra oración es sincera viviremos comprometidos con el Dios de la Vida, que quiere la vida, no la destrucción ni la muerte, para sus hijos. Que Dios nos conceda escuchar su voz, cumplir su voluntad y trabajar por su Reino.
Sólo en la verdadera oración, que es hablar de amor con Quien sabemos nos ama, podremos darle su verdadera dimensión a nuestra vida y a nuestro trabajo por el Reino de Dios. Ojalá, y en este aspecto no queramos hacer las cosas por nuestra cuenta. La vida, la salvación, la resurrección que levanta al pecador de su pecado y lo hace caminar como hijo de Dios, no es obra de nuestra fuerzas. Si Dios no está con nosotros nos esforzaremos, nos retorceremos; pero lo único que daremos a luz será el viento.
De un corazón vacío de Dios no puede venir la vida, ni la conversión, ni la renovación de nuestra sociedad. Sólo quien vive unido al Señor podrá comunicarlo con eficacia a los demás.
La Eucaristía es para nosotros el momento supremo de nuestro encuentro con el Señor. Él se hace el Dios-con-nosotros. Su Palabra, meditada en el amor, transforma nuestra vida e ilumina nuestros criterios para caminar y actuar a su Luz.
Su entrega, celebrada en el Memorial de su muerte y resurrección, nos hace entender que nuestra oración no puede quedarse en intimismos sentimentales, sino que es todo un compromiso para que, a través de la Comunión, su vida se haga nuestra; y, junto con su vida, también participemos de la misma Misión que el Verbo Encarnado recibió de su Padre: Dar la vida a todos, amando hasta el extremo.
A partir de este encuentro con el Señor aceptamos el compromiso de ser portadores de la paz, de la alegría, de la bondad, de la misericordia de Dios para quienes nos rodean.
Quien destruya la vida; quien no respete a su hermano estará manifestando que, aun cuando ponga su mano sobre la Biblia o la lea con asiduidad y le dé constante culto a Dios, son sólo sus labios, pero no su corazón lo que alaba y da culto al Señor.
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón.Como María, todo por Jesús y para Jesús.
Dios mio:eres mi Padre,y acepto con alegría todo lo que venga de ti:las bendiciones,alegrias,triunfos;y también acepto para mi crecimiento todo lo que tu permites que suceda en mi vida:tristezas,sufrimientos,fracasos.Se que como el mejor Padre del mundo, deseas lo mejor para mi .Que mi amor por Ti crezca cada día y que sepa ser un hijo bueno y obediente.
“Señor Jesucristo, te necesito. Te abro la puerta de mi vida y te recibo como mi Señor y Salvador. Gracias por perdonar mis pecados. Toma el control del trono de mi vida. Hazme la clase de persona que quieres que sea.” Padre lleno de amor, tú que te complaces en la misericordia y no te dejas ganar en generosidad y compasión, perdona siempre nuestras faltas y todo aquello con lo que herimos a tus hijos alejándonos así de tu casa y de tu mesa, así, con la luz de tu Espíritu Santo reconoceremos que tu amor es más grande que nuestras faltas y volveremos a ti con un corazón contrito y humillado. Gloria y alabanza a ti, Señor. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén,Y Amen
* Te agradecería compartieras con tus amigos esta reflexión. Con el mayor de mis respetos. Saludos y Dios los Bendiga. *
GRACIAS POR TU AMISTAD
FELIZ DIA.
Hermes Sarmiento G
De Colombia
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