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Entre lo Sagrado de Dios
Entre lo sagrado de Dios, lo santo, y lo santificado
Es, imposible para nuestra mente limitada, el pretender definir la Santidad de Dios. Podemos a lo sumo, intentar mencionar algunas pinceladas de Su esplendor y magnimidad, según la información que tenemos.
Por tanto, lo que a continuación les comparto, es simplemente mi interpretación de lo que entiendo y creo, de lo que Dios dice de Sí mismo, en medio de Su auto revelación, descrita en Su Palabra.
Su Santidad es, la Esencia de su Persona Divina. ¡Más lo que ud. con su coranzón limpio quiera agregar!.
Todo lo que existe por Él, y toda criatura, permanece ligada a Su Creador, en la medida que conserve su relación con su Dios Creador, en fusión con su naturaleza Santa.
Él está apartado, separado de toda contaminación...de toda impureza...de toda corrupción.
De seguro que la mayoría de los creyentes saben lo que pueden esperar de Dios para sus vidas; pero de seguro que la minoría, conoce la expectativa de Dios, een cuanto al proceder y caminar, de los que afirman ser miembros de Su Cuerpo y parte de su pueblo. Esto, por cuanto si lo conocieran, el testimonio vivo de los que decimos que somos, no sería lo triste y lamentable de lo que es...¡poca sal... y poca luz!.
En relación al tema de la Santidad expresada en Su Palabra, vemos los siguientes anhelos del Dios Creador en cuanto a sus criaturas: "Sed santos porque Yo Soy Santo...Adórenme en la Hermosura de mi Santidad"... ¿De qué está hablando?...¡Que justo y necesario sería, que los que decimos que somos de Cristo, tengamos hambre y sed para vivir al grado de adoración según las expectativas del Dios Santo, que nos creó, formó y compró.
Que entendiendo a No alcanzar a Entender, la alturade la Santidad de la Persona de Dios, ha de ser el motivo, más que suficiente para buscarlo, desde lo más profundo de nuestro ser, para intentar conocerlo, amarle, servirle y adorarle en el nivel que menciona el Salmo 29:2.
Contrarios, en cualquier ó de cualquier de la Santa Naturaleza de Dios, seremos "vomitados" de Su Presencia. El asunto se involucra con lo Santo que Dios nos comparte, y por el hecho de tenerlo a nuestro alcance, existe el peligro de "acostumbrarnos" y distorsionar el aspecto se Su Santa Naturaleza. Podría ser por ignorancia, ó nuestra rebelión, ó nuestr incredulidad... y que deshechando "Su Conocimiento", en el Camino, también semos deshechados por Su Espíritu.
Lo Santo
"Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. y fue la mañana y la tarde del día sexto" Génesis 1:31. Y a continuación separó, consagró, el día séptimo de la creación, para disfrutar con sus criaturas de lo qu había Creado. El Dador de Vida ligado en relación a los que les daba vida.
Luego por desobediencia de Adán y Eva vivieron su muerte y se inicia la formación de la conciencia natural, que es el fruto de la información natural, donde Dios no tiene participación alguna. Este es el momento, en el cual debemos poner el principio de lo que posteriormente conoceremos en las Escrituras cómo "el viejo hombre".
Consecuentemente, por el hecho de estar separados de la Naturaleza Santa de Dios, comenzamos a contaminarnos y la corrupción y degeneración entro en nuestro ser, y de nuestro propósito de vida (según Dios) por lo cual, por lo cual iniciamos la carrera de la muerte, es decir: ¡Movernos de manera apresurada lejos de la Presencia de Vida del Dios Creador sin considerar, lo que estamos abandonando en el presente, y con lo efectos letales para nuestra eternidad, sin el Dios que rechazamos aquí y ahora.
Lo que equivale a: La capacidad pecadora por naturaleza y la Capacidad santificadora por naturleza. Entendiendo siempre: que el pecado es una decisión personal. Aunque tengamos la capacidad de pecar, si pecamos es porque decidimos ir contra la voluntad del Dios Santo.
Lo Santificado
Dios envio a Su Hijo para salvar lo que se había perdido. Todo aquel que es nacido del Espíritu no práctica el pecado, porque la simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar porque es hijo de Dios, nosotros vencemos al mundo porque nuestro Señor Jesús lo venció por nosotros. si se puede vivir en y por nuestro Redentor y Salvador Jesús de Nazaret.
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