Mi fe esclarece mi razón
"La palabra de la cruz es locura para los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios" 1 Corintios 1;18.
¿Como? El Dios eterno, infinito, se hizo un niño vulnerable, luego un modesto carpintero en la persona de Jesús. Sufrió una muerte atroz en la cruz. Luego volvio a la vida. ¿A través de ello, Dios puede declararme justo, por la muerte de Su Hijo? ¡Imposible, mi razónse opone!.
Sí, porque estas asonbrosas afirmaciones revelan un Dios digno de este nombre. No es un Dios hecho a mi medida, producto de mis ideas. Es un Dios trascendente, cuyos pensamientos superan totalmente lo que puedo concebir. Entonces abandono mi pretensión de hacer de mi razón el supremo juez. Humildemente escucho a Dios. Él habla en la Biblia e incluso presenta pruebas a mi inteligenncia: el milagro de la creación, el de la resurrección de Jesucristo y el de muchas profecías cumplidas.
Así mi fe esclarece mi razón. Vuelve a formar mis pensamientos profundos, mis secretas creencias, y transforman mi comportamiento afectivo e intelectual. No creo sin comprender, sino que creo para comprender y para aceptar los pensamientos de Dios. De esta forma mi inteligencia se activa para descubrir el plan de gracia de Dios, cuyo centro es Jesucristo. Él es "el primero y el último", el hombre humillado y el Hijo de Dios a la vez. Su presencia y su amor me iluminan y me consuelan cada día.
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