

*Caminando con Dios
"Caminó, pues Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios" Génesis 5:24.
Oh Padre Santo, guárdanos aquí
En aquel bendito nombre de amor;
Caminando delante de ti sin temor,
Hasta que todo sea gozo en las alturas
¿Ha tenido alguna vez la visita de Dios? No me refiero a sueños o visiones, sino que, ¿ha hablado Dios de tal manera a su conciencia que le haya conocido a Él y a la vez se haya conocido a sí mismo?.
No hay nada parecido en este mundo a la dignidad de un hombre que siempre anda con Dios.
Es esencial para un alma ser llevada a una perfecta confianza en Dios mismo, para que camine con Dios.
¡Qué diferencia tenemos entre un hombre que ande con Dios y otro que camine con los hombres (el mundo). En cambio, cuando uno camina con Dios, aunque en presencia de los hombres, puede manejar las cosas serenamente en manos de Dios. La verdadera diferencia entre un mero profesante de Cristo y un verdadero cristiano es esta.
¡Oh, cultiva laa intimidad con Él!; esto mantiene el alma viva y el corazón feliz.
"Bienaventurados los que habitan en tu casa" Aquel que tiene su corazón en la casa preferirá el caino difícil que lleva hacia ella, al cmino fácil que conduce lejos de ella.
Habla con Él. Nunca te contentes si no puedes caminar y hablar con Cristo como con un amado amigo. ¡No quedes satisfecho con nada menos que una estrecha relación con Él que te ha amado con tan grande amor!.
La caractrística de aquellos que le amen será la obediencia. Cuando llegamos a esta estrecha relación, la señal de amor es conocer los deseos de la persona que amas. Allí donde Cristo es es precioso, hay atención. Muchos cristianos no tienen Sus mandamientos. Si tuvieramos un oído abierto, despertados mañana trás mañana tendríamos Sus mandamientos, tendríamos Su mente, y aquello que Él quiere. Puedo encontrar los deseos de mi Padre si soy reflexivo y atento. Aquel que le ama recibe el "secreto del Señor".
Lo que a mi me toca es caminar como un cristiano y mostrar el carácter de Cristo, no enderezar el mundo. Si solo pudiera enderezarme a mí mismo y a otros cristianos, eso sería lo eficaz.
No es peligroso, como a menudo dice la gente, estar en el monte; más bien haber estado allí. Cuando Pablo salió del tercer cielo necesito el aguijón en la carne. Era entonces cuando el había peligro de que dijera, nadie sino tú, Pablo ha estado allí.
Hemos sido hechos epístolas de Cristo, y la senda que tenemos que andar es para manifestar la vida de Jesús en nuestros cuerpos. Todo lo que hago debería ser expresión de la adhesión de mi corazón a Cristo; y la manifestación de Él a otros. La norma del camino es aquello que es "digno del Señor" no del hombre.


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