Sacando los trastos viejos
"¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros"? 1 Cor. 6:19. Mi cuarto trastero sirve de "almacen" de aquellas cosas que no encuentran un lugar en nuestro hogar, y francamente hay momentos en los que me averguenzo de abrir la puerta. No quiero que nadie vea los trstos. Así que, con regularidad, escojo un día para sacarlos. Nuestros corazones y nuestras mentes se parecen mucho a eso; acumulan muchos trastos viejos. Al chocarnos con el mundo, inevitablemente, tal vez inconscientemente, tomamos pensamientos y actitudes impías, como pensar que todo gira a nuestro alrederor, demandar nuestros derechos o reaccionar rencorosamente hacia aquellos que nos han herido. Rápidamente nuestros corazones y nuestras mentes ya no están limpios ni ordenados. Y aunque pensemos que podemos esconder todo este desorden, éste al final se hará evidente. Pablo preguntó claramente: "¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo"? 1 Cor. 6:19. Esto hace que pregunte si Dios a menudo está viviendo en nuestro desordenado trastero. tal sea momento de separar un día espiritual y, con Su ayuda, ponerse a trabajar para sacar los trastos viejos que nos hacen daño. Deshagase de esos pensamientos de rencor. Meta en bolsas y heche fuera los viejos patrones de pensamientos sensuales. Organice sus actitudes. Llene su corazón de la belleza de la Palabra de Dios. Limpiece a fondo y luego deje l la puerta habirta para que todos lo vean. Reflexión: Padre, no me permitas que el Espíritu Santo more en mi corazón abarrotado, necesito tu ayuda para vaciarlo de todo lo que no tiene que estar. Me voy a tomar un tiempo con tu ayuda para limpiarlo. Muchhas gracias en el nombre de Jesús, amén.
|