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Siguiendo a Cristo

En muchas ocasiones todos los cristianos nos hemos visto
envueltos en situaciones difíciles y terminamos reaccionando de
una forma indebida no dando testimonio de quienes somos
nosotros en Cristo. Por ejemplo cuando alguien nos habla de
forma brusca y con pocos modales, cuando mal se nos mal
interpreta, cuando nos humillan o cuando nos levantan falso
testimonio. ¿Cómo respondemos a estas situaciones?.

Cristo siempre tuvo claro su identidad con el Padre y lo
demostró en su forma de comportarse en la adversidad. Siempre
de acuerdo con las enseñanzas del Padre porque todo lo que Ël
vio hacer en el Padre Él hizo. Y es que Jesús siempre se enfrento
a las dificultades con el Espíritu opuesto, osea con el Espíritu del
Dios vivo. Incluso cuando Jesús supo que uno de sus discípulos
que más amaba le iba a negar tres veces, Jesús le dijo: De cierto
te digo que esta noche, antes de que el gallo cante tres veces,
me negarás tres veces. Pedro le dijo: "Aun que me sea necesario
morir contigo, no te negaré. Y todos los discípulos dijeron lo
mismo" Mateo 26:34-35.

Jesús supo que Pedro perdería fe y le negaría por miedo a
perder su vida. Sin embargo la reacción de Jesús fue orar por él.
recuerdan que fue a Pedro a quién Jesús le prometió las llaves
del reino de los cielos. El hecho de Pedro de haberle negado a
nuestro Señor no significó que Jesús retirara sus promesas hacia
Pedro. ¿Por qué? Porque Cristo conoce las intenciones del
corazón de los hombres y además que Él sabe que nuestras l
luchas no son conrtra carne y sangre.

Inclusive cuando nuestro Señor Jesús se enfrentó a los fariseos
Cristo conocía sus intenciones de sus corazones y sabía que el
enemigo los dominaba por completo porque aunque conocían la
Paloabra de Dios, sus corazones estuvieron siempre muy lejos del
corazón del Todopoderoso. Sin embargo Jesús oro`por elos, aun
en medio del terrible dolor de la crucifixión.

Y Jesús decía: "Padre perdonalos, porque no saben lo que hacen.
Y repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes" Lucas 23:34.

He scuchado algunos cristianos decir: "Dios quiere que seamos
mansos pero no temerososw" ósea que no nos dejemos avasallar
nadie. Y en realidad Dios quiere que seamos sabios para lo bueno
y temerosos para lo malo. Jesús nos enseñó siempre a obrar con
amor sabiendo que los nacidos en Cristo Jesús tenemos el Espíritu
de Dios que nos enseña el verdadero significado del amor. Porque
a nosotros se nos había enseñado a amar a los que nos aman,
pero la cruz nos enseña que el verdadero amor cuesta y no es fácil
así como a Jesús le costo toso el amor por nosotros.

"Al que te hiera en una mejilla, preséntale tembién la otra; y al que
te quite la capa, ni aun la túnica le niegues. A cualquiera que te
pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo
devuelva." Lucas 6:27-30.

Estas son palabras de nuestro Salvador Jesucristo. Ahora la
pregunta es: ¿De quien somos? ¿Del enemigo o de Jesús? Por
que si somos de Cristo haremos y hablaremos únicamente lo
hemos visto, y oído de Él.

Si te es difícil seguir a Cristo comportándote en la adversidad tal
como Él nos enseño, le quiero invitar a que le pida perdón,
pidiendole que cambie su corazón de piedra por uno de carne.
Pídale que le moldee su corazón a su voluntad como el alfarero
modea el jarron. Si decimos que somos swguidores de Cristo
daremos testimonio no sólo de palabra sino de toda obra que
nos reafirma como hijos de Dios. Y así daremos gloria al que
fue, es y ha de venir; nuestro Rey y Salvador Jesús.