¿Cambia nuestra oración a Dios?
La oración no cambia el carácter o el corazón de Dios, pero le
brinda enormes oportunidades de obrar maravillas. El
mundo se convierte en un lugar mejor, y la gente ve los efectos
de las acciones divinas.
Hay tres analogías que me hab ayudado a entender mejor la
oración: (1) Las ondas del agua en un lago. Si tiramos una
piedra plana al agua, La onda mas grade se produce en el lugar
de contacto, y otras ondas llegan hasts ls orilla. De la misma
manera cuando oramos, abrimos nuestro corazón a Dios, quien
realiza el mayor impacto en el lugar de contacto en
nuestra vida. Pero debido a la solidaridad con nuestra familia,
si cambiamos, es muy probable que tengamos un impacto sobre
ellos.
(2) La misma teoría funciona con las bolas de billar. Uno le
pega a la bola blanca, que golpea a otra bola y, en solidaridad,
las demás se esparcen por toda la mesa. ¡Eso es lo que pasa
cuando Dios cambia la vida de una persona por medio de
la oración!.
(3) La Internet: La red está conformada por miles de servidores.
Cuantos más servidores hay, con más velocidad se transmiten los
mensajes por todo el mundo, casi al instante. Cuando los
servidores grandes sufren desperfectos, los mensajes se transmiten
con más lentirud o dejan de transmitirse. Cada cristiano es
como un nodo, un servidor. Cuantos más cristianos oran, más
grande es la red que Dios tiene a su disposición para conectar
donantes y receptores, haciendo así milagros en favor de personas
que oran por ayuda.
Tony Campolo cuenta una historia memorable. Había sido invitado
a predicar en una universidad pentecostal. Antes de llegar a la
estrada, lo rodeo un grupo de obreros que le impusieron las manos
en su cabeza y oraron por él. Un estudiante de teología oró durante
largo rato por una familia que había conocido esa misma mañana. El
esposo estaba por abandonar a su familia. describio la casa rodante
donde había estado hablando con ellos, la dirección, todo en detalle.
Campolo estaba impaciente después de la predicación, Camplo
regresaba a su casa en coche y en el camino recogió a una persona
que hacia auto-stop (como decimos aquí). Cuando le preguntó su
nombre, "Charlie Stolsis" fue la respuesta. Era el nombre que
había sido mencionado esa mañana en la oración!, Campolo
se desvió de la ruta principal y Stolsis le preguntó a dónde iba.
"Lo voy a enviar de vuelta a su casa"
"¿Cómo sabe donde vivo?"
"¡Dios me lo dijo!" Usted abandonó a su esposa esta mañana,
"¿no es así?"
"¿Cómo sabe ud. eso?"
"¡Dios me lo di9jo!"
Campolo lo levó directamente a su hogar, entró, y los invitó a
entregarse a Cristo. Hoy día Stolsis es pastor.
Así es como obra la oración: un cristiano tenía una procupación,
sabía una necesidad, oro, Campolo lo oyó, su corazón respondió a
esa necesidad, Dios unió la necesidad con la respuesta, y el milagro
se produjo.
Casos como éste confirman el poder de la oración, sin pretender
que la oración tiene que cambiar a Dios o hacerlo mejor de lo que ya
es.
Esto es lo que he aprendido hasta ahora sobre este tema fascinante.