Llegar a la cima
Llegar a la cima "Muchos no salen de la cueva (su problema) porque dejaron de confiar en su sueño."
En esta ocasión, tomaremos como parámetro de análisis la vida del bíblico Rey David. Veremos como hizo para superar diferentes etapas hasta llegar a la cima y convertirse no sólo en Rey, sino en un personaje recordado y admirado, incluso en nuestros días.
En este análisis, tomamos un enfoque espiritual, porque muchas veces las conquistas se tienen que dar en lo espiritual para que luego se hagan realidad en lo natural.
David fue el rey más grande de Israel, gobernó durante cuarenta años atravesando cuatro lugares geográficos, donde vivió distintas experiencias, situaciones similares por las que hemos pasado o pasaremos. Estos lugares geográficos representan situaciones comunes a todos aquellos que buscan alcanzar un sueño.
David aparece en una cueva, en Adulán, otra ciudad, donde estaba solo, con cuatrocientos endeudados, y después vinieron 200 más.
Todos pasaremos por estas cuatro fases: tendremos poco, por la prueba, por la bendición y llegaremos a la conquista.
El famoso experto internacional de Marketing, menciona estas mismas algunas etapas, y a la etapa de la cueva la llama el desierto o abismo. Sólo los que superan el desierto logran alcanzar la meta, y el abismo es una etapa común que atravesaron todos aquellos que alcanzaron sus más altos sueños.
Hay principios para llegar a la cima y alcanzar nuestros sueños.
1º Ser constante.
Debes ser constante.
El bíblico José tuvo un sueño y lo tiraron al pozo. Después fue sirviente, de sirviente fue a la cárcel y de allí, pasó a ser ministro de economía. Si cuando lo tiraron al pozo, José no hubiese confiado en sus sueños, ¿qué le habría pasado? Se hubiese muerto. Pero siguió confiando en sus sueños en cada etapa y llegó a la cima del sueño.
Nadie conoce exactamente todo el futuro, cada uno lo descubre progresivamente. A medida que le buscamos, el futuro nos llega paso a paso. "De gloria en gloria, de triunfo en triunfo", es una progresión.
Muchos no salen de la cueva (su problema) porque dejaron de confiar en su sueño. Ser constante, es presente continuo, un verbo que se mantiene constante en el tiempo.
¿Cuándo? Ahora, mañana, cuando te levantes, cuando salgas, cuando llegues a tu trabajo y te mantengas constante diciendo: "Llegaré a mi sueño".
Confía en tus sueños y esa fe te llevará al lugar de bendición. La gente no tiene problemas cuando les dices que crees en Dios, pero si les dices que todos los jueves, y los sábados vas a la iglesia ¡se vuelven locos!, y te dicen: "¿Qué? ¡Ahí te lavaron la cabeza!"
A nadie le resulta raro ir todos los sábados al club, o a bailar o a distraerse, pero si se ponen como si estuviesen viendo un marciano cuando decimos que vamos a la iglesia.
Es que en el mundo espiritual se sabe que, si eres constante, entrarás a un nivel superior. Lo espiritual maneja lo natural, por eso, la batalla se libra primero en lo espiritual.
2 Libertad
En Roma, Jesús quebró políticamente tres culturas: la judía, la romana y la griega; le movió los negocios a los políticos y al sistema religioso de las más grandes culturas, por eso lo mataron.
• Por un motivo religioso (para los judíos) • Por un motivo político (para romanos y griegos) • Y por el pecado (de todos nosotros).
sirviendo, pero el que comienza sirviendo, al final terminará gobernando.
"El que es grande, sirve".
Son dos cosas distintas el buscar el aplauso y que el aplauso te encuentre. No busques un título, realiza el objetivo para el que naciste, no busques reconocimiento, cumple tu meta y alcanzarás tu sueño. Y cuando persigas tu sueño, la grandeza te encontrará, el aplauso aparecerá, te darán el amor porque no buscaste, grandeza. Como tu meta no es el aplauso sino hacer el sueño que está en tu corazón, eres grande y puedes servir.
Tu objetivo no es la fama sino que tu objetivo son tu visión y tu misión. Tu objetivo no son los aplausos sino alcanzar el sueño de tu corazón. Ahora bien, es muy probable que el reconocimiento venga cuando alcances tu visión y tu misión y tu sueño sea realizado.
En la Biblia (Jueces 9: 8-15) hay una parábola sobre los árboles que buscaban un rey. Ningún árbol aceptó porque no querían dejar de dar los frutos para lo cual fueron creados.
La higuera, la vid, el olivo no buscaban aplausos, sólo querían dar sus frutos: aceite, uvas, vino, higos. Le ofrecieron a la zarza el reinado, "total, no estaba para nada". Naciste para hacer y alcanzar algo.
Qué hacemos cuando tenemos miedo: "Me acurruco" (porque la psicología dice que cuando tenemos miedo, buscamos la posición fetal queriendo ser protegidos, o cuando tenemos frío, nos tapamos hacia arriba. Dicen los psicólogos que todos queremos volver a la panza de mamá, por eso nos gusta tanto ir a la pileta, porque es como volver a nadar en el líquido amniótico.)
"Eso es en lo natural, pero en lo espiritual deseas volver al vientre porque ahí es donde te di los sueños".
No persigas la fama sino el sueño de tu vida, y los aplausos y el reconocimiento aparecerán junto con ellos.
"Cuando vuelvas al origen, al momento en que soplé mi sueño en ti y hagas lo que te llamé a hacer, dirás como el más grande: 'He acabado la carrera, he guardado la fe'".
La unción viene del fruto, el fruto es tu servicio, gasta la unción que está en tu servicio.
Dejas de buscar el aplauso, los "títulos" y llegarás a la cima, desde donde tomarás más cimas.
En la cima no hay montañas para escalar, cuando llegas a la cima ya no bajas más, las conquistas son de cima a cima.
Saludos y Bendiciones
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