La paz perfecta
"En paz me acostaré, y asimismo me dormiré; Porque sólo tú, Jehová, me haces vivir confiado" Salmo 4:8.
Había un rey que ofreció u gran premio al artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta.
Muchos artistas lo intentaron. El rey observo y admiró todas las pinturas, pero solamente hubo dos que le gustaron y tuvo que elegir entre ellas.
La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se reflejaban unas placidas montañas que lo rodeaban. Sobre éstas se encontraba un cielo muy azul con unas tenues nubes blancas. Todos lo que miraron esta pintura pensaron que esta reflejaba la paz perfecta.
La segunda pintura también tenía montañas
Pero éstas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecía retumbar espumoso torrente de agua. Todo esto no reflejaba nada de paz. Pero cuando el rey observo cuidadosamente, él miro trás la cascada un delicado arbusto creciendo en la grieta de una roca. En este arbusto se encontraba un nido. Allí en medio de la violenta caida del agua, estaba sentado placidamente un pajarito en medio de su nido... Paz perfecta. El Rey escogio la segunda. ¿Sabe porque? Porque, explicaba el rey, "Paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor.
Paz significa que a pesar de estar en medio de estas cosas permanezcamos en paz dentro de nuestro corazón. Este es el verdadero significado de la "paz".
ESA PAZ SÓLO LA DA JESÚS NUESTRO SAlVADOR.