Recibir la Palabra para ser fructíferos
"Por lo cuál, deshechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cuál puede salvar vuestras almas" Santiago 1:21.
No es necesario ser jardinero para saber que es posible sembrar semillas somilares en difereentes partes del jardín y las plantas que salen no son exactamente iguales. Aveces una sale más robusta y otras echan menos flores que las demás. Los expertos en la horticulturas explican que hay varios factores que prooducen las diferiencias. Entre ellos está condición de la misma tierra y la respuesta de la planta. El escritor bíblico Santiago usó la figura de una planta para hacernos entender cómo hemos de recibir la Palabra de Dios en nuestro corazón para dar fruto para Él.
Esdras era sacerdote y hubo fruto en su vida pues "Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos" Esdras 7:10. No solamente entraba en Esdras la Palabra, sino que él respondió con obediencia cumpliendola. Hizo lo que Dios le indicaba en su Palabra. El fruto de la obediencia era "comido" por los que recibieron sus enseñanzas después. Si vamos a ser usados por Dios, tenemos recibir con mansedumbre Su Palabra y luego obedecerla. Cuál semilla que echa raíces y crece, la Palabra debe afectar a nuestra manera de ser. Las plantas tienen su manera de protegerse de los elementos que les puede hacer daño. El cristiano también tiene su protección y Santiago menciona la necesidad de "deshechar toda inmundicia y abundancia de malicia", y sed hacedores de la Palabra, y no solamente oídores.
En una reunión de una iglesia local todos escuchan el mismo mensaje, pero los resultados son diversos. ¿Cuál es la causa de esta diferiencia?. Algunos están dispuestos a "recibir la palabra implantada" Otros no tienen el suficiente interés para que la Palabra haga su efecto. A fin de evitar esto. "Por eso mis queridos hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse" Santiago 1:19. Hay que estar dispuesto para escuchar a Dios, permitiendo que la Palabra de Dios penetre en la mente y en el corazón. El texto destaca la necesidad de ser manso, es decir, con humildad acepte la enseñanza que recibe y luego responda con obediencia a la exhortación que entrega. De esa maner la Palabra implantada produce el fruto deseado.
Ministerio Internacional
http://www.gabitogrupos.com/fuente-de-vida/general.php Fondo Myriam_Lhamya
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