"No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿que compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y que comunón la luz con las tinieblas? 2 Cori. 6:14.

De unas decadas a esta parte y sin lugar a discusión alguna, en estos últimos años el termino unidad recorre todos los caminos y vericuetos del seno eclesial. La llamada "unidad de todos los cristianos" ha llegado a ser una de esas muy manidas expresiones, manifestadas en muchas predicaciones, y en las homilías de los púlpitos, y hasta plataformas multitudinarias.

La unidad ha llegado a ser el gran pretexto para que a través de las tribunas mediáticas, las confraternidades de pastores, las congregaciones, los concilios, la mayoría de las conferencias, innumerables publicaciones etc., intentan hacernos creer la errónea enseñanza acerca del "Gran Avivamiento de las Naciones para estos días"...Sin la unidad, no podrá venir ese "Avivamiento", dicen.

La unidad es imprecindible para que las multitudes se entreguen a Cristo, dicen también. Aseguran que cuando el mundo nos vea a todos los creyentes juntos, entonces se convertirá; pero eso la Biblia no lo enseña (ver Juan 17:21-23.)

Muchos todavia yendo más lejos que Cristo no puede volver a por su Iglesia, porque aún no hemos conseguido esa unidad.

Al leer estas lineas algunos quizás estarán pensando que yo no creo en la Unidad. ¡Oh si creo! Yo si creo en la Unidad , nótese que esta vez escribo Unidad con "U" mayúscula, para diferenciar una Unidad de la otra unidad, y así será a lo largo de esta exposición para poder entender mejor la abismal diferencia entre Una y la otra.

Aclaro que la Unidad, es absolutamente bíblica y fundamental, pero no es la misma unidad que muchos proponen y persiguen. Este es el propósito de este mensaje: aclarar las cuestiones.

1. La Unidad según la Biblia

Toda oración que Jesús de Nazaret elevó al Padre, fue contestada por Él. Mientras en forma de hombre andubo sobre la tierra, el Padre siempre oía al Hijo, y el Hijo siempre oía al Padre.

El Señor oró por la Unidad de los verdaderos hijos de Dios, es decir, por aquellos sus discípulos, y por los que habían de creer en Él por la palabra de ellos (Juan 17:20), y consecuentemente el Padre concedíó inmediatamente esta petición.

El Señor, no solamente oró por esa Unidad sino que oró que esos creyentes verdaderos fueran perfectos en Unidad (Juan 17:23).

En Juan 17:20-23, vemos los motivos de esa Unidad, que son:

1. para que todos los hijos de Dios sean uno, así como el Padre es en el Hijo, y el Hijo es en el Padre (v.21)

2. Para que también los hijos sean uno en Ellos (V.21)

3. Para que el mundo crea que el Padres envió al Hijo al mundo (V. 21)

4. Para que el Hijo en ellos y el Padre en el Hijo sean perfectos en Unidad (V.23)

5. Para que el mundo conozca que el Padre envió al Hijo (v.23)

6. Para que el mundo vea que el Padre ama a Sus hijos, como también ama a Su Hijo (v. 23)

Como he dicho: esa oración fue contestada y lo fue inmediatamente, justo a l momento de ser hecha. Posemos ver los resultados de esa Oración Filial en la actuación de los primeros discípulos desde el aposento alto en el día de Pentecostés (Hchs. 2), pasando por el ejemplo de vida que nos dan en (Hechs, 2:46-47), la singularidad de existancia de (Hech. 4:323-33), el buen Espíritu en el concilio de Jesrusalen y en general el buen ejemplo de unanimidad que encontramos en el librod se Hechos

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