Mi amado posee deslumbrantes ojos,
los busco de día, y en la espesura de la noche.
¡Oh! ¡Mi amado! ¿Quién ha visto a mi amado?
Mi amor estará donde Él se encuentre,
en peñas, en montes, en lejano prado,
en mi pecho… Yo estaré donde esté.
Avisadme, avisadme, si ves a mi amado,
correré hacia Él, correré hasta sus brazos,
para estar bajo su amor, bajo su manto.
No existe dolor, bajo su amparo.
A todos, a todos los que lo conocen,
¿Qué le gusta a mi amado, que no le gusta?
Quiero que me tenga siempre en su querer.
¿Qué le agrada, que no le agrada, algo me falta?
Soy sólo de Él, y a Él sólo lo llamo Señor,
no existen lazos mas fuertes que los de amor,
siento en el corazón al amor que arde,
¿Cómo no estar, como no estar con mi amado?
Avisadme si lo ves a la mañana, tarde o noche,
para que yo esté, o estemos, con Dios.
Javier R. Cinacchi