¡Cuanto valemos para Dios!
Qué distinta la actitud de aquél varón con la del intolerante e inexperto
Juan, cuando le dijo a Jesús que si iba a enviar fuego del cielo para que
consumiera a todo un pueblo porque no habían recibido como
correspondía al maestro. Jesús le contestó: "Vosotros no sabéis de qué
espíritu sois; porque el Hijo del Hombre no ha venido a perder las almas de los hombres, sino para salvarlas" Lucas 9:55-56.
Abraham sigue insistiendo y atreviéndose más y más Y con cada desafío,
Dios vuelve a concederle su deseo. Siete veces Abraham se atreve a más,
prueba la misericordia de Dios más y más y Dios le responde que le será
fiel a su palabra de misericordia. Hasta que llega a prometer: "No la destruiré por amor a los diez" (v.32). Dios está declarando algo poderoso.
El amor de Dios por diez justos aplaza el juicio sobre miles de injustos.
¡Cuanto valemos para Dios! Su amor y valor por su vida hace que quienes
le rodean reciban la bendición de su presencia. Cómo ocurría con José,
aún cuando estaba preso injustamente, todo cuanto hacía prósperaba y
bendecía a quienes estaban a su alrederor.
"Porque te amo guardaré a tu familia. Porque los amo todavía tengo paciencia sobre los injustos que viven ustedes", dice Dios. Nuestra presencia detiene el juicio, nuestra presencia extiende la misericordia sobre los que están alrederor. Aunque no lo sepa. Los que le rodean cotidianamente reciben en beneficio y la bendición de su presencia.
No se deje influenciar por los incrédulos, sino levante la bandera de Jesucristo y de a conocer que todavía tienen oprtunidad de escapar al juicio venidero. Dios sigue esperanzado en encontrar aquellos justos que lleven el mensaje de reconciliación y perdón a los pecadores para que no tenga que consumirlos.
"Recorred las calles de Jerusalén, y mirad ahora, e informaos; buscad en sus plazas a ver si halláis hombre, si hay alguno que haga justicia; y yo lo perdonaré" Jere. 5:1. ¡Un justo vale por miles de impíos! Jesucristo hubiera muerto por sólo uno. Abraham vuelve a enseñarnos el valor de la intercesión constante. Siete veces intercedió y luchó con el Señor para alcanzar la promesa que esperaba. Otro hubiera sido el destino de Sodoma si por lo menos Dios hubiera encontrado a diez justos, pero tristemente no los halló. Con todo, Lot y su familia puderon salvarse. Pero esta intercesión y las siete peticiones que hizo a Dios, con otras siete contestaciones de Él,
nos muestra el valor de interceder constantemente. Siete es un número
bíblico, habla de permanecer en el ruego constantemente, y también nos
habla de que Dios siempre, siempre responderá. Interceda con confianza
Se perseverante como la viuda ante el juez injusto, porque como también dice Abraham en aquella oración, Dios es "el juez justo de toda la tierra".
El destino de un país no sólo depende de sus gobernantes, sino también de la iglesia. La suerte de su ciudad, de su barrio, de su familia, depende de sus oraciones, de su intercesión. Dios está esperando nuestro ruego para obrar para bien. ¡Cuántas cosas cambiarían si la iglesia se decidiera a orar como lo hizo Abraham!.
¡Puede apelar a la misericordia de Dios, puede esperar el perdon de Dios, puede confiar en la respuesta de Dios!.
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