Yo confio en Dios
En momentos de gran aflicción y peligro mucas veces nos dirigimos a Dios
buscando aliento. Por medio de un texto bíblico un sentir de tranquilidad
espiritual nos consuela y nos calmamos. pablo tuvo una Palabra del Señor
y se la transmitió a 276 peronas.
"Por tanto, oh varones, tened buen ánimo; porque yo confio en Dios que
será así como se me ha dicho" Hechos 27:25.
Pablo el apóstol había sido arestado y llevado a Cesarea para ser juzgado.
Los judíos insistían en que fuera llevado a Jerusalén. Ellos quería matarle
en el camino, pero en el juicio ante el Festo, Pablo apeló al Cesar. No hubo
alternativa para el gobernador. Tuvo que enviarle a Roma a cargo de un
centurión, un viaje de muchos kilometros y de varios meses de barco. En
el muelle del puerto de Sidón se despidió de un grupo de hermanos, antes
de embarcarse, favor concedido por el centurión Julio. Lucas escribió que
el militar trato "humanamente a Pablo" Hechos 27:3. Si un hombre del
mundo supo actuar de esta manera, el crisitiano, motivado por el
Espíritu Santo, debe ser capaz de una conducta aún más noble con su
trato con otros.
Pablo fue acompañado por Aristarco y Lucas(v.2). Seguramente fue por
su amor cristiano para con su hermano que habí sufrido dos años de
prisón. Los dos cumplían con lo que en Hebreos 13:3 dice: "Acordaos de
los presos, como si estuvierais presos juntamente con ellos; y de los
maltratados, como que también vosotros mismos estáis en el cuerpo".
Años más tarde en la cárcel, esperando su muerte como martir, Pablo
escribió "sólo Lucas está conmigo" 2 Timoteo 4:11. Por este abnegado
y silencioso servicio de Lucas, este siervo recibrá su recompensa ante el
Tribunal de Cristo.
En la primera parte del viaje hubo problemas con el viento y cambiaron a
una nave egipcia que iba a Italia. Con muchas dificultades llegaron a
Buenos Puertos. La sabiduría de Pablo tenía su fuente en la estrecha
comunión que mantenía con Dios, y en su sinceridad en buscar el bienetar
de otros. El piloto y el patrón de la nave opinaban de otra manera, y el
centurión optó por dar crédito a ellos. Así empezaron días y noches de
terror, en que los tripulantes llegaro a creer que iban a perder sus vidas.
Reforzaron con sogas la nave por debajo de ella. la aligeraron de peso
echando al mar el cargamento de trigo que llevaban. En medio de la
confusión y el terror habló Pablo a los 276 almas que iban a bordo. La
sencilla confesión de él, "YO CONFIO EN DIOS" tuvo un efecto
tranquilizador sobre los de a bordo. Pablo vivía en comunión con Dios por
eso estaba en condiciones de animar y consolar a otros. Cuando Pablo
testificó "YO CONFÍO EN DIOS", no se amedantraba ante los peligros
de un naufragio inminente, y su ejemplo testificaba el valor de su fe.
¿Acaso hablaríamos nosotros con tal seguridad si nos encontráramos en
una situación similar a Pablo?.
Oración: Padre, gracias por enseñarme que PUEDO CONFIAR EN TI
Señor, Tú eres quién me guarda, me cuida, me libra de todo lo malo,
quién me libra de todo peligros, quién me fortalece. En el nombre de
Jesús, amén.
Ministerio Internacional
-Fuente de Vida-
Fondo Myriam_Lhamya