Si yo te preguntara ahora cuál es tu palabra ¿qué me dirías?, ¿la tendrías?, ¿dirías primeramente un rol o una actividad y te costaría dar con ella o tendrías absoluta claridad de cuál es? Saber cuál es tu palabra es mucho más profundo de lo que aparenta, el saberla es indicador, primero, de que te conoces bien a ti mismo, y segundo, de que es esa palabra la que dirige y orienta lo que haces. Es como si fuera tu timón, tu brújula y la que direcciona tus pasos.
Pensémoslo así, si tu palabra es “decepción” todo lo que vivas, tu biografía completa tratará de enmarcarse en esta palabra. Por otra parte, si tu palabra es “optimismo”, ante cualquier situación te sentirás capaz de sobreponerte y de ver lo positivo de lo que te ocurre, porque sabrás que te ayuda para bien y aporta en la construcción de tu biografía personal. Si te das cuenta, TODO va en la palabra que te identifique.
En la escena final de la película, después de un año de viaje de la protagonista, Liz descubre que su palabra es “attraversiamo” que en español quiere decir “crucemos”, haciendo alusión al ser capaces de atreverse a dar el siguiente paso. Esta palabra orientará su vida, las decisiones que tome y todo lo que formará parte de su futuro. Si te das cuenta, el poder de esta palabra abre un mundo de posibilidades para este personaje.
En tu caso ¿cuál es tu palabra? Es muy posible que nunca te lo hayas preguntado y por eso te hago la pregunta yo ahora, piénsalo, reflexiónalo y aférrate a esa palabra que se transformará en TU palabra, la que a ti te animará, alentará y desafiará a cumplir tus sueños y metas.
Conozco a alguien que tiene una gran palabra y que ha hecho cosas extraordinarias a través de ella. El mundo lo ha conocido por eso y desde hace muchos, muchos años definió que esa palabra sería la que guiaría TODO lo que hace y TODO lo que quiere entregarle a los demás. Esta palabra es AMOR y es la preferida de Dios. Es SU palabra, es SU naturaleza, es lo que orienta TODO, ABSOLUTAMENTE TODO lo que hace. No es la palabra poderoso, ni omnisciente, ni castigador…es la palabra AMOR la que Él definió como la que lo identificaría por siempre y que se reflejaría en su quehacer diario y perpetuo.
Te invito a reflexionar en torno a esto en profundidad, sabiendo que a partir de este momento, algo nuevo debe comenzar, algo debe cambiar…
¿Cuál es tu palabra?