V¡VIVE!
"Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creístes; bienaventurdos los que vieron y creyeron" Juan 20:29.
¿Se ha preguntado alguna vez qué sucedió con los discípulos de Jesús? No esperaban que resucitara. Una y otra vez el maestro les había dicho que moriría y después de tres días se levantaría de la tumba, pero lo entendieron.
Cuando Jesús murió, los discípulos eran once hombres atemorizados que corría a esconderse para salvar sus vidas. Su líder había muerto y su suwño se haía hecho añicos. Sin embargo, varios días despúes de la resurrección, aquellos mismos hombres eran audaces, valientes y visionarios. ¿Qué provocó tan grande cambio? No era que vieran una tumba vacía; era que habían visto a Cristo vivo, resucitado de entre los muertos. Por fin entendieron todo y estaban ansiosos de compartir la buena nueva.
Los fariseos estaban ansiosos de difundir la notivia de que los discípulos habían llegado por la noche y habían robado el cuerpo y así poder decir a la gente que había resucitado (ver Mat. 27:64). Pero, ¿qué ganaban los discípulos urdiendo tal engaño? La mayoría de ellos perdieron la vida defendiendo sus convicciones Si los discípulos mentían, engañaban deliberadamente al mundo entero.
Una de las razones de la Propagación del cristianismo en el siglo I D.C. era el comportamiento puro, honesto, sincero y veraz de los discípulos. Todo el mensaje de Cristo era el que nos amemos unos a otros, seamos amables y sinceros y digamos la verdad. ¿Podrían haber vivido una mentira tan colosal? No, habían visto a Cristo resucitado. Sus vidas cambiaron radicalmente. . Así, salieron al mundo a contar la buena nueva del amor de Cristo por cada persona, de su muerte como su sustituto, de su resurrección para vencer a la muerte y que Él vive.
Solo un discípulo se libró del martirio. Santiago, hijo de Alfeo, fue apedreado y Tadeo, su hermano, fue decapitado. Pedro, andrés, Felipe, Bartolome fueron crucificados. Mateo, Tomás y Santiago hijo de Zebebeo, fueron muertos a espada. Marcos fue arrastrado hasta morir. Tan solo Juan murió de viejo.
Oración: Señor ya sea por mi vida o por mi muerte, dame fuerzas para dar siempre testimonio de la verdad. En el nombre de Jesús, amén.
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