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Regresemos a la senda antigua:
Su Palabra
“Así dijo Jehová: paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cual sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma”, Jeremías 6:16
Uno de los pilares de la vida cristiana debe ser la Palabra de Dios, la brújula que guía nuestra vida. Es una de las maneras por las cuales Dios nos habla en este tiempo. Otros libros pueden ser buenos, pero solamente la Biblia es la respuesta para una vida victoriosa aquí en la tierra. Cuando leemos Su Palabra… ¡Dios nos está hablando! Por eso, la Palabra de Dios debe ser una prioridad en nuestra vida. Algunas de las cosas que hace la Palabra de Dios en nosotros, son:
Trae convicción y liberación.- “Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”, Juan 8:31 y 32
Da vida.- “El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”, Juan 6:63
Es alimento espiritual y nuestro sustento.- “Yo soy el pan de vida”, Juan 6:48; “…y tu Palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón…”, Jer. 15:16
Produce fruto.- “…el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”, Juan 15:5
Trae paz.- “Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo”, Sal. 119:165
Produce fe.- “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”, Rom. 10:17
Promete todo tipo de bendiciones.- “Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero…”, Apo. 3:10
Nos libra del mal, la tentación y el peligro = Protección.- “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar”, Sal. 46:1 y 2
Nos Sana.- “…quien llevó Él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados”, 1ª Pedro 2:24
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