Jesús lo vivía todo desde la compasión. No sabia mirar a nadie con indiferencia. No soportaba ver las personas concreta que encuentra en su camino. Los enfermos que le buscan, los indeseables que se le acercaban, los niños a los que nadie abraza. Siente compasión por la gente que vive desorientada, y no tiene quien la guie y alimente.
San Maros describe lo que sucedió en alguna ocasión junto al lago de Galilea. De todas las aldeas llegaron corriendo al lugar en que iba a desembarcar, Jesús. Al ver a toda aquella gente, Jesús reacciona como siempre.
“Sintió compasión porque andaban como ovejas sin pastor.”
Jesús parece estar recordando las palabras pronunciadas por el profeta Ezequiel seis siglos antes:
“En el pueblo de Dios hay ovejas que viven sin pastor; ovejas “débiles” a las que nadie conforta, ovejas enfermas, “heridas” a las que nadie venda. Hay también ovejas “descarriadas” a las que nadie se acerca y ovejas “perdidas” a las que nadie busca”. (Ezequiel 34).
Mientras nosotros analizamos las causas del deterioro social y de la crisis eclesial, mientras discutimos sobre la posición que ha de tomar la iglesia en una sociedad secularizada mientras nos descalificamos unos a otros fácilmente todo lo que nos irrita, hay entre nosotros muchas, muchísimas ”ovejas sin pastor”. Gente sola a la que nadie tiene tiempo de escuchar . Esposas y esposos que sufren impotentes y sin ayuda alguna derrumbamiento de su amor. Jóvenes que abortan presionadas por el miedo y la inseguridad, sin el apoyo y comprensión de nadie. Personas que sufren secretamente su incapacidad para salir de una vida indigna. Alejados que desean reavivar su fe y no saben a quien acudir.
¿Quien despertara entre nosotros la compasión? ¿Quien hará a la iglesia un rostro mas parecido a Jesús?.
Reflexionemos en silencio.
Textos Bíblicos: Jeremías 23:1-16; Efesios 2: 13-18; Marcos 6: 30-34; 5 Minutos de Oración en el Hogar