La gloria del Señor
El cristiano nunca se cansa de admirar y hablar de su Señor. Pablo dijo: "Ninguno de los príncipes de este mundo le conoció; Porque si le hubieren conocido, nunca habrían crucificado al Señor de gloria"
"Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como la del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad" Juan 1:14.
Dios no actúa basandose en su conocimiento cabal de cómo el ser humano vaya a responder a lo que Él hace. De otra manera jamás hubiera enviado a su Hijo para ser nuestro Salvador. Sabía de antemano el trato que le iban a dar. Dios no hace encuestas entre los habitantes del mundo para idear un plan que sirviera para librar a los seres humanos del pecado esclavizador. Con las variadas respuestas de las personas que cambian de opinión de un día para otro, jamás podría haber sacado en definitivo un plan capaz de ser reducido a una frase: "Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo" Hechos 16:31. Lo que Dios hace es producto de su conocimiento perfecto y sabiduría completa. Actuó con un sólo propósito; bendecir al ser himano con el regalo de la vida eterna cuando éste se humilla ante Él y confía en Cristo.
A través de la Biblia, comprendemos algo de lo que Dios tenía en mente. Él mismo se ha encargado de revelarnos lo que está en su corazón y espera que lo aceptemos y le obedezcamos. Dios trazó una serie de eventos que tuvieron la finalidad de traer gloria a su santo nombre por medio del Señor Jesús. A tráves del Antiguo Testamento se hallan muchas profecías sobre Aquel que había de venir. Juan el Bautista fue el enviado especial que había de anunciarle y luego presentarlo al pueblo expectante: "El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" Juan 1:29.
Por cierto Cristo era Aquel que había de venir. En su forma de ser, Cristo es glorioso y por medio de Él vislumbramos la gloria de Dios. Moisés vio algo de esa gloria en la zarza que ardía. Los israelitas la vieron en el Tabernáculo. "nunca se apartó de delante del pueblo la columna de nube de día, ni de noche la columna de fuego" Éxodo 13:22. Pero la gloria del Señor se ve en toda su esplendidez en la persona del Hijo de Dios, el Señor Jesús.cabe preguntarnos, ¿cuánto apreciamos la gracia de Dios? En verdad es por medio de ella que nos revela su gloria.
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