Estas cosas os he hablado, para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción: mas confiad, yo he vencido al mundo. Juan 16:33

 

En medio de tanta violencia, guerras, odio, contiendas, corrupción, persecución, falta de respeto, prejuicios, discriminación, injusticias, etc. que nos ha tocado presenciar y ser testigos en un mundo que cada día se torna más difícil, caótico y confuso, muchos claman por la paz. Organizaciones de diversas naturalezas, especialistas de la conducta humana, grupos religiosos e individuos, se han dado a la tarea de crear conciencia en la sociedad sobre esta necesidad para una mejor y más armoniosa convivencia, y han recurrido a aportar sus ideas y conocimientos para lograr la tan añorada condición, estado o virtud... de la Paz.

No son las palabras hermosas lo que hacen la paz; no son los hombres los que pueden producirla;  no hay organización alguna ni el anhelo más profundo de un corazón sediento que pueda traerla... Tampoco puedes comprarla con dinero; todo el oro del mundo está desprovisto de valor para este fin. Ninguna nación, por poderosa que sea, podrá en manera alguna ofrecer tal beneficio; las naciones saben de guerra pero lejos de todas está la verdadera paz.  Solo Dios, encarnado en Su Hijo JESUS, el Creador de todo lo creado, tiene en Sus manos el descifrar este enigma que parece no tener solución y que tantos claman por obtenerlo a como dé lugar. Te tenemos buenas noticias. ¡JESUS es nuestra paz!

Nuestro mundo es un sitio de lucha. A veces podemos alejarnos de los desafíos. Podemos elegir no darnos cuenta de lo que sucede. Pero al final, las batallas nos encontraran. En medio de la batalla, podemos recordarnos que la victoria es nuestra. Jesús ya gano. Compartiremos en su victoria. Aunque las batallas siguen, la guerra ya se ha ganado. Nuestra victoria es eterna.

Gozamos de este estado cuando estamos sumisos a la voluntad de Dios y andamos en el Espíritu. Pero Jesús nos advierte que en el mundo tendremos angustias y problemas. Y sí es verdad que esto es lo que encontramos aquí. Los placeres del mundo las compramos muy caro, y casi siempre traen consigo un dolor de cabeza. “Pero confiad, yo he vencido al mundo”. Aunque la cruz todavía le quedaba delante, Él estaba tan resuelto en cumplir su misión y comprarnos la vida eterna, que podía decir, “Yo he vencido al mundo”. Déjenos buscar la paz, el gozo y la alegría en el único lugar donde se encuentran: en someternos a Cristo y vivir para honrarle y servirle.

Muchas veces me preguntado porque Dios permite ciertas cosas .A veces pensamos que el cristiano debería vivir una vida sin conflictos ni problemas.

Hace mucho que oí un pastor leer la primera parte del salmo 23 :”Jehová es mi pastor nada me faltara”.y cuando lo leemos pensamos “no me va a faltar el trabajo, ni la comida etc,tendre todo lo que necesito “.pero otra manera de verlo es “no faltaran los problemas ,las situaciones difíciles ,no faltara el desanimo y el ataque del enemigo a nuestras vidas.

¿Por qué lo permite Dios? Porque el tiene un propósito para nosotros .Sus caminos son mas altos que nuestros caminos.

El Señor jamás nos prometió un mundo sin problemas, Jesús dijo: en el mundo tendréis aflicción, pero también dijo: confiad yo he vencido al mundo (Juan 16:33).

Así que no nos sorprendamos de tener que afrontar problemas que ponen a prueba nuestra confianza en Dios .Alegremos de poder sufrir como Cristo sufrió, para que también nos alegremos para cuando Cristo regrese y muestre su gloria y su poder.

Recordemos que Dios nos ayuda en las dificultades y sufrimientos, demos gracias A Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo.El es un Padre bueno y amoroso y siempre nos ayuda para que podamos ayudar a los que sufren o tienen problemas, eso dice  la Palabra.

El diablo le puso a Jesús las mismas trampas que no pone a nosotros para hacernos pecar, solo que Jesus nunca peco .Por eso, El puede entender que nos resulta difícil obedecer a Dios .Así que cuando tengamos alguna necesidad, acerquémonos con confianza al trono de Dios.El nos ayudara porque el es bueno y nos ama.

GRACIAS POR  TU MENSAJE, SRA SARA, FELIZ DIA.

 

Hermes Sarmiento G.

De Colombia

Cristiano católico