«Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.» (1 Co. 15:58). Estas palabras del apóstol Pablo son otro llamamiento a la perseverancia, esta vez referida al servicio cristiano.
El que persevere hasta el fin, éste será salvo, Mateo 10:22 (Mar. 13:13).
Isaías 26:3 dice sobre el Señor: Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.
Debemos perseverar en nuestra forma de pensar. No es suficiente pensar bien un día o pensar bien de alguien solamente por momentos. Es necesario ser constantes en nuestros buenos pensamientos. En el ambiente cristiano se cometen dos errores muy graves. El primero es no perseverar en la fe, es decir, no creer al punto de ser capaces de morir por nuestras convicciones. El segundo error se comete en las relaciones interpersonales. Hay gente tan conflictiva y difícil de tratar que hacen problema de todo y todos. Este tipo de actitudes no demuestran la perseverancia y entrega que el Señor busca.
Es necesario ser constantes para recibir la sanidad y prosperidad que pedimos. Hay que creer todos los días, no a veces y dependiendo de las circunstancias. Nada debe hacerte dudar de las Promesas, ni el gobierno, ni la situación económica, ni la actitud de otros. El Señor guardará al perseverante porque demuestra que confía. Pero aquellos que perseveran sólo en su actitud inconstante, que cambia como el viento, no podrán recibir bendición ni conservar la paz. Reiniciar los pensamientos todo el tiempo es desgastante y complicado. Es mejor seleccionar un pensamiento de bien y perseverar en él hasta que se haga realidad. Dios quiere bendecirte y debes estar convencido de ello, no estar convencido un día para dudar al día siguiente.
Gracias por tu amistad hermanita Aida (Casituyita).
Gracias por tu bello mensaje lleno del amor de Dios.
Dios estará siempre contigo y con todos uds.
GRACIAS POR TU AMISTAD, FELIZ DIA.
Hermes Sarmiento G
De Colombia