Los sábados (Jesús) les enseñaban y quedaban sorprendidos por su enseñanza porque su palabra tenia autoridad”. Lucas 4:31-32.
El episodio de la Sinagoga de Nazaret termina con el intento de matar a Jesús, de parte de sus paisanos judíos. Pero Jesús se marcho en medio de ellos. Y Jesús no quedo resentido, ni los condeno. No tomo la actitud de no volverlos a ver, ni dirigirles la palabra, Jesús baja a Cafarnaum y continua enseñándoles en sus sinagogas.
Creo que un tema a reflexionar, para sacar conclusiones, , seria si tenemos, admiración por la palabra, las enseñanzas de Jesús. Hasta donde realmente experimento una sorpresa agradable al estar en contento con la Palabra de Jesús? Y no estoy hablando de misticismos, o que me ponga a llorar o a bailar de gusto, al escuchar o a leer la Palabra (si alguien le sucede algo de este tipo, no es malo puede hacerlo!, me refiero al gusto, a la alegría existencial, a la luz y consuelo que podemos experimentar , desde la fe, al creer que Dios me sigue hablando, iluminando. (que es muy buena) es tener curiosidad de conocer la Palabra, una cosa (buenísima) es estudiar la Escritura y desvelarnos leyendo libros y opiniones de sabios expertos, y otra cosa es abrir el corazón con hambre y sed, y saborear la autoridad de la Palabra, gozar con los ojos del alma la Luz de la esperanza y vivir agradablemente sorprendidos de creer en un Jesús, que es así, y que me enseña con palabras y obras a vivir con plenitud, como El leamos, releamos despacio, escuchemos, meditemos, oremos y pongamos en practica la Palabra