Señor, sálvanos, que nos hundimos!… Jesús se puso en pie y vino una gran calma”.
Muchas veces nos puede suceder en la vida que, sintiéndonos unidos a Cristo, nos creamos defendidos de cualquier adversidad, viento, tormenta, zozobra. Nos engañamos.
Aunque Cristo este siempre a nuestro lado, El no actua como un aparato de seguridad, como una celula sensible que se altera mecanicamnete y nos alertar del peligro.
Somos nosotros quienes hemos de experimentar nuestra pequeñez y debilidad ante los peligros, y quienes hemos de acudir al regazo y al poder o gracia del Señor para sentirnos fuertes a su aldo, en su confianza.
La destruccion de Sodoma y Gomorra, mediante una lluvia de azugre y fuego diga de Spielberg, no parece un bien reelato para comenzar la tempoerada de verano. Sodoma y Gomorra son dos nombres que usamos, incluso en el habla colquial, como simbolo de perversion y maldad.
Hay personas que consideran que nuestra sociedad occidental padece el sindrome de estas ciudades biblicas. Para ratificarlo enumeran todos los vicios imaginabless. Desearian que tambien hoy lloviera azufre y fuego para purificar tanto mal.
El relato evangélico nos ofrece otra perspectiva. Ante el fuerte temporal que sacudía la barca en la que navega Jesús con sus discípulos, la reaccion de Jesús no es el castigo violento. El texto de Mateo dice: “se puso en pie, increpo a los vientos y al lago, y vino una gran calma”.
Jesús aparece como el Señor de todo. No es extrano que los suyos exclamen asombrados: “Hasta el viento y el agua le obedecen!”.
La manera antigua de reaccionar contra el mal exige indiganacion etica y violencia. La manera nueva que Jesus propone exige fe y calma.
He aqui lagran diferencia. De la que nosotros estamos llamados a ser testigos de esa renovacion en medio de nuestros hermanos.
Del Salmo 25: Ten compasión de mi, Señor.
Textos Biblicos: Genesis 19:15-29; Mateo 8:23-27
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